Apodos de Cehegín

Diccionario del Noroeste

Recorrido por mi pueblo

jueves, 28 de septiembre de 2017

REGINO LORENCIO MATA

REGINO LORENCIO MATA.

Hace unos días me pedía un amigo que comentáramos algo sobre la personalidad de Regino Lorencio Mata. Nació en Cehegín, el día 7 de septiembre del año 1863, hijo de Antonio José Lorencio Arévalo y la caravaqueña Teresa de Mata García. Goza de una calle con su nombre en el Arco de la plaza –que antaño se llamó San Zenón-, cerca de donde nació nuestro personaje, en la calle Rocines, nº9, a los pies de su amado templo de Sta. María Magdalena. 
Paradójicamente por aquellos andurriales se ubicaban la legendarias tabernas de "El Chaparro" y "La Puñalá", cobijo de vinateros, donde se cocían toda clase de extraños y esperpénticas anécdotas, se aliviaban los problemas con vino a destajo, y también algunas sufridas esposas, solían llevarle la cena en un pucherico a sus cónyuges, mientras echaban la partida de truque.
Pero sigamos con nuestro personaje, alejado de esos mundanos trajines.

Arco de la plaza del Castillo -Entrada a calle Regino Lorencio-

El día 9 de septiembre de 1876, el mismísimo don José Mª Caparrós y López, (por aquella época párroco de la Iglesia de El Salvador de Caravaca y que más tarde llegaría a ser Obispo de Sigüenza), firma, como vocal local de la Junta de Instituciones Públicas, el aprobado de ingreso del estudiante Regino Lorencio a la segunda enseñanza. En los años académicos de 1876 al 1880, aprobó en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza las asignaturas del Grado de Bachiller en Artes, habiendo merecido la censura de Sobresaliente. Ambos Lorencio y el obispo Caparrós. acabarían siendo grandes amigos, hasta el punto que Regino estuvo a pie de cama cuando se produjo el fallecimiento del prelado Caparrós. 

Puerta de Caravaca -Muralla del Castillo-
Fue ordenado Presbítero en Murcia el día 27 de mayo de 1888 con tan solo 25 años, por Don Tomás Bryan y Livermore Obispo malagueño de ascendencia inglesa, procedente de la alta aristocracia malagueña, que por esas fechas ejercía su Dignidad en la Diócesis de Cartagena-Murcia. De 1878 al 1890, mediante incorporación de los estudios da la segunda enseñanza curso y aprobó en el Seminario Conciliar de San Fulgencio, con la calificación de Meritissimus 3 años de Filosofía, 7 de teología y 2 de Cánones excepto el 4 de esta facultad que cursó y probó en el seminario Central de Valencia con igual calificación, obteniendo además mediante oposición el único Premio de su clase. En 11 de junio de 1887 recibió en nuestro Seminario el Grado de Bachiller en Sagrada Teología, con la censura de Judicum Nenine Discrepante y dispensa de derechos. En el mismo Establecimiento y previo los ejercicios de las oposiciones obtuvo una beca. Defendió proposiciones en las Conferencias públicas de Filosofía y Teología. En el académico de 1886 a 87, fue nombrado Profesor de clases de latín y Teología Moral las cuales desempeñó hasta el curso de 1888 a 89 con el mismo carácter de Profesor las asignaturas de Metafísica especial, Filosofía Moral e Historia de la Filosofía. En el de 1887 a 88 se le confirió el cargo le Bibliotecario y en el siguiente curso el de secretario de Estudios del referido Establecimiento, desempeñando ambos cargos hasta el mes de diciembre de 1892 en que tomó posesión de su Curato. , hasta terminar el curso de 1891 a 92.
Una personalidad en la vida eclesiástica murciana. Por lo visto debió ser un gran orador. Así lo justifican diversas publicaciones de la época, como El Liberal de Murcia en una reseña de 24 de diciembre de 1.909: -“EN LA MISERICORDIA.  El acto de repartir ayer mañana en la Casa de Misericordia las ropas del Ropero de Santa Victoria, resultó sencillo y hermosamente cristiano. Se dijo una misa, cantaron los asilados un himno, pronunció el señor Provisor D. Regino Lorencio Mata un breve y entusiasta discurso, y enseguida, pasando los invitados desde el templo a la Casa de Misericordia, se procedió a la entrega da los lotes que ya se habían formado y dedicado a diversas instituciones.”
También un programa de fiestas de moros y cristianos de Villena, entre otros festejos señala: Misa solemne a toda orquesta: “...en la Iglesia Arcedianal del Apóstol Santiago, la que oficiará el Sr. Dr. D. Juan Chaumel Jorge, Dignidad de Chantre de la Iglesia primada de Toledo, estando a cargo de hacer el Panegírico de Nuestra Señora, el Dr. D. Regino Lorencio Mata, cura párroco de Santa María de Villena. Al toque de Sanctus, concurrirán las comparsas a la plaza de Santiago para hacer las salvas de ordenanza al alzar a Dios”.
En febrero del citado año, 92 se opuso á la Canóniga vacante entonces en esta nuestra Santa Iglesia Catedral cuyos ejercicios le fueron aprobados por unanimidad ocupando el segundo lugar en la terna para su provisión. En junio del mencionado año 92, recibió el Grado de Bachiller en Derecho Canónico en esto nuestro Seminario Conciliar de San Fulgencio y en el Central de Valencia los de Licenciado y Doctor en la misma facultad y así mismo, el de Doctor en Sagrada Teología habiendo obtenido en todas ellas la censura de "Judicum Nemine Discrepante". 


Tiene licencias absolutas en esta nuestra Diócesis, en la de Orihuela y en la Archidiócesis de Valencia. En el mes de enero de 1892 tomó parte en el Concurso general á Curatos vacantes en esta diócesis, siendo uno de los dos opositores que más puntos obtuvieron en los ejercicios literarios, siendo agraciado con el Curato de Santa María de la ciudad de Villena. Todo ello denota que don Regino fue un elocuente predicador, reclamado para numerosos eventos religiosos y festeros, como lo atestigua esta revista festera de la ciudad de Villena. . 


 Otra reseña esta vez publicada en el diario Las Provincias de Levante del día 23 de febrero de 1896. “(El sermón de hoy) En nuestro templo Catedral, ha ocupado hoy la sagrada cátedra el Sr. Canónigo Magistral D. Regino Lorencio Mata, predicando sobre el Evangelio del día: «Tentaciones». Un distinguido y numeroso auditorio ocupaba las naves del templo, ávido de escuchar la elocuente palabra del sabio sacerdote. Su plática Evangélica, ha sido digna de la fama merecida de que goza tan notable predicador. Ha explicado con irresistible persuasión, la necesidad de amar a Dios para apartarnos del mal, que es nuestro mayor y más temible enemigo. La enseñanza del sermón de hoy, ha sido profunda y edificante. El auditorio ha escuchado con vivísima satisfacción, la plática verdaderamente magistral, del magistrado D. Regino Lorencio Mata, al que de todas veras felicitamos.”


Don Regino Lorencio falleció en Murcia, el 18 de mayo de 1915, a la edad de 52 años, a consecuencia de diabetes-sacarina. Cehegín se vistió de luto por este ilustre hijo, sacerdote ceheginero que se hallaba como canónigo y provisor del obispado de Cartagena. Según las actas municipales proporcionadas por el archivero local, el Ayuntamiento mostró su sentimiento por el óbito y acordó darle a dicha calle de san Zenón el nombre de “Canónigo Regino Lorencio”, lo cual se acuerda en Acta de 28 de agosto de 1915.
En el año 1927, a las 8 de la mañana del 18 de julio, regresaron a Cehegín los restos del que en vida fue un ceheginero eminente, don Regino, procedentes de Murcia y fueron depositados en una sepultura de la Iglesia de san Esteban (convento de los franciscanos y santuario de la patrona de Cehegín, Nuestra Sra. de las Maravillas). Acompañando al féretro con los restos del finado, vinieron al acto desde la capital murciana algunos familiares y amigos, además de numerosos vecinos invitados al efecto.
Otro de los cehegineros prestigiosos de entre siglos XIX y XX, aunque poco conocido de sus paisanos de siglo XXI.

FUENTES: Diversos archivos, historiadores locales, fotos de archivos. (en la publicación ceheginera "La Panorámica" Hay una extensa referencia sobre Regino Lorencio, de los investigadores Antonio Peñalver y Juan Espín.)

lunes, 18 de septiembre de 2017

EL APRENDIZ DE FAMOSO.

EL APRENDIZ DE FAMOSO

(Fantasía hilarante para este año)

Aparecer algún día en la portada de los medios de comunicación era su sueño dorado. Después de mil avatares y fracasos mayúsculos, llegó a la conclusión de que sólo podría lograrlo cuando se decidiera a lanzarse volando desde la azotea del edificio más alto de la ciudad. Pensó: -“Es la única manera de ser célebre aún a riesgo de quedarme inválido, pero valdrá la pena con tal de salir en la prensa y en la tele, seré el nuevo Juan Salvador Gaviota”-
Desde niño ya sentía envidia de la gente del ‘famoseo’: -Dentro de pocos años también seré famoso y me fotografiarán en todas partes, un triunfador "influencer". Mis amigos me ensalzarán: -¡Qué bien has salido en la foto de hoy!... 



Pero conforme pasaba el tiempo advertía lo difícil que era sobresalir y obtener méritos para que los periodistas se fijasen en él. Lo intentó en el deporte, pero su facha era deprimente y se fatigaba sólo de subir al primer piso donde vivía; probó en la canción: gracias a un amigo consiguió un “casting” para “Operación T.” y al primer “gallo” que soltó le recomendaron amablemente: Dedíquese usted a pregonero.
En otra ocasión concibió la torpe idea de saltar al campo de Atleti y pegarle al árbitro: -Esta vez, seguro que publican la noticia, porque no es para menos, pegarle a un árbitro de fútbol está muy feo…- y lo único que consiguió fue dos sonoros guantazos que le propinó un municipal. El ‘presunto publicano’ pensó eufórico: -… han valido la pena los jetazos por aparecer en letra impresa; mañana seré famoso y todo el mundo me preguntará …- al día siguiente compró ilusionado el diario donde se leía: -… un energúmeno quiso agredir al colegiado, pero afortunadamente lo impidió la autoridad…-
Después de este fiasco, le vino otra ocurrencia y pensó: -¡Eureka, ya está! ¡Atracaré un banco…!- Y, ni corto ni perezoso, penetró en el más próximo; se había buscado una enorme pistola de chocolate y una media vieja de su casera donde introdujo su dura cabeza e irrumpió gritando: - ¡Arriba las manos!…, ¡Esto es un atraco! ¡Rápido, todo el dinero sobre la mesa…! – entonces, un empleado gritó desde el otro lado del mostrador: -Hombre Paco, cómo se nota que estamos en carnaval, ¡qué gana de broma tienes! ¿Deseas realizar alguna operación?… – El iluso aspirante a famoso no tuvo más remedio que disimular dándole un bocado a la pistola e invitando a su amigo banquero: -¿Quieres probarlo?, es de chocolate puro…-
¡Nada!, que no lograba la celebridad. Tan fácil como lo consiguió “El Bárcenas ese” o el Kiko, y lo complicado que se le presentaba todo a él.


Entonces recapacitó: -¿Por qué no, casarme y luego separarme, después de hartar de palos a mi mujer para que no existan atenuantes ante el juez? Seguro que me publican por eso de la violencia de género…- Y de esta suerte abordó un nuevo lance: buscar novia por todos sitios. Él quería una mujer que fuese guapa pero no muy lista, (como “la Bombi” aquella de la TV) para acceder mejor a sus propósitos. Y recorriendo los tugurios de copas, se fijó en una especie de Marilyn, aunque nunca pensó que era cinturón negro de judo. El día que intentó propinarle la primera ‘jamanza’ de prueba, no llegó a rozarle pues la ‘inocente joven’ le aplicó una llave que lo dejó maltrecho y sin novia…
¡Qué complicado ser famoso! Por aquello del maltrato animal, tan de moda, caviló: - ¿Y morder a un precioso caniche que paseaba con su dueña a diario?... podría ser noticia. Lo contrario sucedió. Sufrió tal bocado del perrito, además de un bastonazo que le propinó el ama, que necesitó cura de urgencia en un hospital.
La obsesión compulsiva por alcanzar la fama le carcomía, proyectándole las ideas más peregrinas. Y por fin, aquel funesto día, inspirado por un libro de Leonardo Da Vinci sobre una ‘Máquina Voladora’, decidió, cual nuevo Superman, lanzarse con un gran paraguas desde un edificio en obras. -Seguro que en esta ocasión me haré famoso, aunque abolle algún coche.. ¡El hombre volador seré!...- Ascendió entre tablones, agazapado para pasar desapercibido, se asomó calculando una altura propicia para un vuelo incruento y aterrizar sobre un montón de arenilla, con tan mala fortuna que se le enganchó el paraguas en una valla, perdió el equilibrio y se desplomó sobre el enorme encofrado de un pilar que en ese instante rellenaban de hormigón, y allí, cual faraónico urbanita, quedó sepultado para que una nueva cazada acabara de rebosar el cimiento. Y efectivamente, por fin conseguía una noticia digna de primera página, pero, fue todo tan rápido que pasó totalmente inadvertido.
Cuando los colegas de la oficina observaron su absentismo laboral, denunciaron a la policía. Sin rastro alguno, todos pensaron que se había marchado a su libre albedrío. Ya lo advirtió días pasados a un compañero: Me voy lejos, no tengo porvenir, es imposible hacerse famoso, ¡aquí nunca pasa nada importante…!
 Esta es la triste historia de aquel iluso que con imposturas y supercherías, como tantos otros que conocemos, soñaba con protagonizar una portada en los medios de comunicación.

martes, 12 de septiembre de 2017

LA RELIQUIA DE LA VIRGEN

LA RELIQUIA DE LA VIRGEN MARÍA.


Reliquia de la Virgen María.

Han transcurrido 60 años desde aquel 28 de julio de 1957, que el recordado franciscano P. León Arana, recibiera del Vaticano una reliquia de la Santísima Virgen María, se trata de un  trozo del velo utilizado por la Madre de Jesús durante su vida terrenal (expedida por el Vaticano con fecha 30-12-1955).
En aquellos años la presidencia de la Hermandad la representaba el farmacéutico ceheginero Dimas Agudo Aguacil y se decidió encargar a Vicente Segura Valls, de Murcia, la elaboración de una urna para guardar y venerar tan preciado tesoro. La sagrada reliquia fue expuesta en escaparates del “Barrio de las Maravillas” (sic) y del resto del pueblo para su veneración. El coste aproximado de esta urna fue de veinte a veintidós mil pesetas, pagadas por donativos recibidos de los fieles cehegineros. (Como curiosidad). Entre estas dádivas había una moneda de oro mejicana de veinte pesos, y diez monedas de plata de cinco gramos.


Qué ilusión y qué acierto de quien corresponda. Al igual que el año pasado la imagen del Divino Niño sorprendió luciendo su ancestral corona, este año 2017, nos gratificamos de nuevo con la aparición de la citada reliquia, ubicada para su veneración en el camarín, a los pies de Nuestra Señora de las Maravillas, en una bella hornacina tallada en madera noble por el artesano y recientemente nombrado “Camarero de la Virgen”, Juan González Cava.

Juan González (en plena faena)

Aunque la Virgen y su Hijo no necesitan oropeles ni blasones, les basta con la divina belleza que emana su imagen plena de gracia, es el momento, después de 60 años salvaguardada, que las nuevas generaciones de cehegineros conozcan este noble vestigio sagrado que se custodia dentro de una bellísima joya de orfebrería.

Fuentes: Diversos archivos, tradición oral, y "Toda la Historia de la Hdad. de la Virgen de las Maravillas." (Cristobal González Ruiz. Ex-presidente de la Hermandad).

sábado, 2 de septiembre de 2017

TODOS A LA CÁRCEL


TODOS A LA CÁRCEL

Como aquella película de Berlanga: "Todos a la cárcel".

Penitenciaría moderna.
Hay quien no para de amenazar: «A 'estos' les metía yo son cien años de cárcel, para que se enteraran…» y es que llevamos una temporada de “presuntos” delincuentes de guante blanco, prevaricadores, petardistas, granujas, tahúres de tres al cuarto, y demás salteadores de caminos de la fauna ibérica, que no les quiero decir, con esto de la crisis se está destapando cada tomate, que no sabemos hasta donde vamos a llegar.

¿Qué me mete en el bolsillo...?
Nunca nos hemos parado a recapacitar: ¿merecen estos pícaros la cárcel de nuestra época…? Antiguamente era más que sórdida, pero hoy, afortunadamente, ni mucho menos, incluso hay quien asegura que allí se vive mejor que en cualquier otro lugar.
El otro día leía la noticia de un individuo, que recién cumplida su condena de 15 años salió de prisión, anduvo un par de días por ahí y al tercero se presentó de nuevo en la penitenciaría pidiendo a los guardias que lo encerraran de nuevo, pues desde que salió sólo le habían ocurrido calamidades y donde más a gusto se encontraba era recluido en el penal. —«Al menos aquí se come caliente y yo llevo dos días con la soñada libertad, pero comiendo peor que un perro vagabundo…, y no tengo ni donde dormir la siesta, como no sea aterido en un banco del parque…»— aseguraba el desencantado ex-recluso.
¿Dónde se está mejor?, aseveran algunos, ¿en prisión o en el trabajo…? Porque en realidad ¡hay cada trabajo…! que sin dudarlo es peor que la cárcel.

Trabajo aleatorio.
Pensemos pues, con frialdad y reflexionemos.
En una de estas modernas cárceles es mayor la celda que el despacho de un probo contable, incluido el ordenador. Te alimentan gratis y fuera de ella hay que pagar. Si eres buen zagal y te portas como un señor, te obsequian con tiempo libre para realizar cualquier deporte u otra actividad o afición; en cambio en tu oficina si eres cumplidor y cumples con tu obligación dice el ladino del jefe: —«Este es muy eficaz, hay que aumentarle la faena para que no se aburra»—


En prisión los guardias te liberan del problema de las llaves y te abren y te cierran la puerta cada vez, como a un caballero; en cambio en la calle, tienes que andar siempre preocupado por el llavero para que no se te olvide o lo pierdas, lo cual te ocasiona un grave inconveniente, teniendo en cuenta que antaño podías recurrir al sereno de turno: —«¡Serenooooo…!»— gritabas mientras hacías palmas y cuando llegaba le pedías que te abriera y no desconfiaba, pero en la actualidad si no llevas llave y encima se acabó la batería del móvil, ya andas listo para penetrar en tu domicilio, ni nos conocemos los vecinos, ni las cabinas de telefónica funcionan, y aunque funcionasen, de todas formas, desde que se han impuesto los teléfonos celulares, llamados popularmente “móvil”, ya no memorizamos los números. (Por cierto lo de “móvil” ¿será porque vibra o porque lo llevamos siempre ‘pallá y pacá’ en la faltriquera…?)
 Pero sigamos con los prisioneros: Hasta la TV, la radio o los videojuegos siempre los tienes a disposición en la prisión, sin embargo, en el trabajo y en la oficina, mucho cuidado con que te pille el ogro del jefe jugando al pinboll o al Juego de Tronos en el ordenador o chateando con las nenas de turno, porque te puedes encontrar en la calle y sin más derechos.

Celda moderna de penitenciaría alemana.
Fíjate que hasta en prisión tienes permitido visitas de los familiares y amigos. Pues bien, como algún amigote del bar de la esquina se le ocurra ir a buscarte para echar un vinito, ya verás la que te lía el jefe.

Sala ordenadores en prisión

Luego en el presidio los gastos corren a cargo de los contribuyentes y por el contrario los del trabajo te los descuentan a ti del salario —impuestos, etc.— que luego revierten para pagar los gastos generales del Estado, entre los que se encuentran las penitenciarias.
En la prisión tienes esperanzas de salir algún día, y en el trabajo no sabemos si llegará el día de la liberación. ¡Vaya paradoja! 
Ante todos estos argumentos ¿Qué será lo mejor…? La verdad es que yo personalmente, pese a todo lo dicho,  prefiero estar fuera de la cárcel.
Ya lo cantaba el gran poeta Miguel Hernández: «Libertad, que hermosa palabra para el preso». Y él tenía conocimiento de causa. Aunque bien es cierto, como decíamos al principio, que aquellas prisiones, felizmente, no son las de ahora.