Apodos de Cehegín

Diccionario del Noroeste

Recorrido por mi pueblo

domingo, 23 de diciembre de 2018

VUELVE A CASA POR NAVIDAD


VUELVE A CASA POR NAVIDAD...


La fiesta de Navidad como tal, tiene un origen pagano: ya para los babilonios eran los solsticios días mágicos, celebrados con hogueras, ritos y bailes. En el mundo romano también se conmemoraba el día del “Sol invicto”, Natalis Solis, (nacimiento de Mitra), el 25 de diciembre con motivo del paso del equinoccio de otoño al solsticio de invierno, en el cual los días con luz solar comienzan a alargarse. Se aprovechaba esta circunstancia para dar paso y celebrar el nuevo año civil.
Según la historia, ya se celebraba la Navidad en el año 354 en la ciudad de Roma; es en este entorno cultural y religioso donde se desarrollan las primeras comunidades cristianas, que al desconocer con exactitud el día del Nacimiento de Cristo y motivado por el sincretismo religioso que quiere llevar a cabo el emperador Constantino tras la “Paz de la Iglesia”, decreta en el año 321 que el domingo será el día del Sol para los romanos y el del Señor para los cristianos al identificarse a Jesucristo como el ‘Sol del mundo’, ‘Luz del amanecer’, como gusta nombrarlo el evangelio de Juan.

Una serie de tradiciones han ido incorporándose a lo largo de la historia y han enriquecido esta celebración: el canto de los villancicos; la iconografía del nacimiento y el belén, representada en el arte de la imaginería belenística, cuya manifestación en Cehegín la tenemos en el monumental belén de la Iglesia Mayor de Santa María Magdalena.; (Extraordinaria fama tiene el célebre Belén de Salzillo de Murcia); los Reyes Magos de Oriente y sus juguetes para los niños que sean buenos...; los suculentos banquetes y otras costumbres foráneas aunque ya casi arraigadas a nuestra cultura como el árbol de Navidad y sus colgantes obsequios; Santa Claus y Papa Noel, prematuros magos de occidente; las tarjetas de felicitación navideñas. En suma todo el espíritu que predomina en la sociedad de nuestros estos días.
Actualmente, la Navidad es una fiesta más profana que religiosa. Un amasijo de tópicos, una coctelera de parabienes casi anónimos. Tiempo de gran actividad comercial e intercambio de regalos, reuniones y comidas familiares y según afirman ciertos sociólogos, propicia al estrés o a la depresión, debido a la gran tensión acumulada: elección de vestidos de fiesta, cotillones y cenas, etc. y todo a un ritmo frenético, como debe ser...
Brindemos....
Aunque no priman hoy esencialmente los valores humanistas, y la irracional brutalidad es almoneda al uso, fruto de una sociedad saciada y hastiada de tanto vacío espiritual. A pesar del tontinglés y demás ofertas consumistas. Pese a los despechados y recalcitrantes pseudoprogres que declaran su odio hacia las fiestas navideñas y todo cuanto representan, o los antagonistas que sólo en estos días se les despierta la conciencia, ya saben, los del “...siente un pobre en su mesa...” No obstante todo lo dicho, aquí tenemos de nuevo la conmemoración del nacimiento de Jesús en un mísero pesebre abandonado...

Hace años, cuando no gozábamos precisamente de esta sociedad del bienestar, la llegada de la Navidad se presentaba con una esperanzada dosis de ilusión, sobre todo para los pequeños, -¿quién no ha sido niño alguna vez?-; entonces no existía la tele, ni cierta publicidad subliminal; los únicos juguetes que conocíamos eran la clásica muñeca de trapo o el caballito de cartón, pero sólo para algunos privilegiados; o lo que algunas ingeniosas manos infantiles elaboraban, un carrito o un rústico patín a base de maderas viejas, equipado con ruedas engrasadas con tocino rancio (el que disponía de unos cojinetes desechados por algún tío mecánico era ‘el rey’). Evocaciones infantiles, sueños nostálgicos.
Muchos lectores recordaran también los ingeniosos juguetes que construía Antonio de Gea, (Catarrás), también conocido como "el mudo del Hospital", a base de viejos botes de conserva, y que luego vendían en el antiguo mercado ceheginero de los domingos. 
Los monótonos cantos evocadores de los niños de San Ildefonso, auguraban premios de Lotería y al mismo tiempo evocaban la llegada del tío lejano, en una suerte de Reyes Magos sucedáneos, ellos sí que traían “de la capital” auténticos juguetes: -“.... ha venido mi tío de Madrid y me ha comprado un mecano..., y una Mariquita Pérez para mi hermanica...”- presumíamos con ostentación ante nuestros amiguetes. Éstos con los ojos perplejos, aguardaban impacientes poder ver y aunque solo palpar aquellos mágicos regalos, que no estaban evidentemente al alcance de todos los españoles.  Como tampoco los champanes, turrones y golosinas de etiqueta negra. Y lo que hoy muchos quisieran degustar, los manjares caseros, aquellos mantecados y alfajores elaborados por primorosas manos femeninas, con recetas heredadas de nuestras abuelas. ¡Cómo olían aquellos rollicos de anís y de vino, o la miel de romero y la canela del alfajor!
Dulces de Pascua de Motolite
 Eran tiempos de escasez amigos, pero que no mermaba las esperanzas de los que creían y siguen creyendo en la gente, en la convivencia, en la buena fe, no solo para estos días, sino para todo el año. En esa estrella de Navidad con la que todos, alguna vez, soñamos.
¡¡Felices Fiestas!!
Antonio González Noguerol -Motolite-

domingo, 16 de diciembre de 2018

EL IMPERIO DE LOS OLORES

El imperio de los olores.

 “Son tus perjúmenes mujer/ los que me sulibeyan…”
Canción nicaragüense de Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina.


En otra época en los días previos a las fiestas navideñas, ciertos olores polarizaban la atmósfera de nuestras calles: efluvios de la miel, mezclada con las especias, las mantecas y los cacaos, los frutos secos tostados y todo un deleitoso catálogo de sabores que se elaboraban en los hogares ceheginenses. Llegaba la Navidad una de las fiestas más entrañables y evocadoras del año y el olfato se regocijaba en una lujuriosa borrachera de aromas confiteriles.
El Olfato, uno de los sentidos más insinuantes del ser humano, hacía de las suyas.

Ya aprendimos desde niños en la escuela: «El hombre goza de cinco sentidos, ver, oír, gustar, tocar y oler ».


Pues de este último se trata, del insinuante sentido del olfato.
Es evidente que los otros cuatro también disponen de méritos para cuidarlos: ¿Cómo podríamos vivir sin el Tacto? —la suave caricia, el placentero roce…— ¿Y privados de la Vista? —Debemos dar gracias a los cielos por conservar tan valioso instrumento que nos hace contemplar las maravillas de este loco mundo— pero anda que el Oído, ¡menudo regalo! —el cántico de los ramajes del bosque en una mañana de otoño o ¡la música de Bach!— y naturalmente el Gusto —la rapsodia de sabores que nos ofrece la vida— aunque todos ellos, sin la alianza de una herramienta como el Olfato, seguramente no serían iguales.
¿Nunca han sentido un estremecimiento al recibir la alusiva sensación de un olor? Un mundo variopinto que nos retrotrae a innumerables situaciones vividas a lo largo de nuestra existencia...
La dulce fragancia del bebé amamantado por el pecho de su madre. O el gozoso olor de las papillas calientes de harina tostada…
Hay perfumes que perturban el ánimo en situaciones inesperadas, te abrazan o te envuelven como un manto evocador. El ramalazo del primer amor: el pañuelo robado sagazmente e impregnado de la fragancia amada. La brisa marina, algas, peces, o en contrapunto, el perfume de la floresta: tomillo, romero…, —uno de los olores primarios junto a la menta—  el halo dulzón de los jazmines en complicidad con el mareante “galán de noche”. O la delicada esencia de la canela mezclada con el chocolate. ¿Sabían que ambos aromas son afrodisíacos...?
Y los relajantes efluvios de peluquería de señoras o de barbería, naturalmente de caballeros, -porque jamás he oído que existan barberías de mujeres, ¿ustedes sí...?-
La ropa recién lavada o el placentero desayuno de café recién hecho y tostadas calientes. Otros aromas nos soliviantan: El éter, otra emanación primaria —avinagrada o podrida—.
 El del arca recién abierta y el repelente pestazo a naftalina o alcanfor, otro de los grandes tufillos, ―olor a 'polilla', como solían decir nuestras madres— Olor a muerto, otro hedor primigenio —no muy agradable, por cierto—, y a flores de crisantemo para los difuntos… Y otros ofrecen cierto vaho placentero: el coche nuevo, extraño aroma ¿verdad?…o y su peculiar sustituto en nuestra tierra: el bienoliente “pero de trompa alcuza” —bálsamo de abuela—.

Famosos peros de trompa alcuza de Cehegín.

Olores todos percibidos por la mucosa olfatoria, el mágico órgano sensorial. Hay cientos de ellos...
La característica colonia de veterana meretriz, o el hálito de los ciegos de antaño — Olor a ciego... ¿No han olido nunca esa irradiación de los viejos invidentes…?— ¿Y el del puesto autumnal de castañas tostadas? ¡nostalgias antiguas que se refugian en los rincones del alma!
Anda que el olor que invade ya estos días a leña quemada por 
las decrépitas chimeneas de nuestro casco antiguo ceheginense. Qué gozada contemplar desde el paseo de la Concepción el entramado de tejados atufados por la humareda que se mezcla con la bruma vespertina. ¡Uuummmm!... ¡Cuántos aromas perdidos por los recónditos rincones de nuestro ánimo! Una sinfonía de perfumes. Una mixtura de ofrendas para el Olfato.


 ¿Y ese bálsamo que produce la libido, plena atracción de la pareja?  Es curioso cómo ciertos olores del cuerpo que ahora tratamos de eliminar y que escondemos con diversos productos perfumados eran, por el contrario, apreciados en otros momentos de nuestra historia. Así, podemos observar, por ejemplo, en la novela de Alberto Isúa "El amor en dos tiempos" (1931) que al protagonista le turbaban “la redondez y la blancura de los hombros” y “el efluvio delicado de las axilas de su amada.
¿Qué poder evocador poseerán los olores para que la mariposa hembra atraiga con tanto ardor al macho con sólo su perfume perturbador y a larga distancia? ¿Qué tendrá esa sustancia odorífera…? 


El almizcle (Al-Misk) generado por las feromonas de los animales a fin de atraer al sexo opuesto durante la época de celo es fundamental para la seducción. Es la feromona, la atracción sexual más segura para la reproducción.
Las gotas de almizcle recuerdan además al olor de la piel limpia y desnuda, recién salida de la ducha. Se trata de fragancias frescas aunque no ácidas, ideales para aquellas personas a las que no les gusta sentirse demasiado perfumadas.



La observación de que el sudor humano adquiere determinado olor sólo a partir de la adolescencia, insinúa que las feromonas pueden afectar, en algún momento, el comportamiento humano. 
Pero, no sólo es todo lo dicho el sentido del Olfato, también se compenetra con el Gusto, de tal manera, que forman un perfecto equipo. Las papilas gustativas pueden captar si un alimento está dulce o salado e incluso si es más o menos ácido o amargo pero jamás denotará si sabe a carne, pescado u hortaliza. Esto siempre deberá compartirlo con el sentido del Olfato que es quien en realidad reconoce si lo que degustamos “sabe” o, mejor, huele a ello. Por eso aseverábamos arriba la importancia capital de los sentidos, si careciésemos de la percepción del Olfato y además fuésemos invidentes y tampoco pudiéramos tocar ese alimento, nos podrían dar de comer cualquier cosa y lo consumiríamos tranquilamente sin apreciar sus características.  
«Hoy en día sabemos que nuestros bulbos olfativos, el punto en el que percibimos por primera vez un olor, están vinculados con la amígdala, el centro cerebral que gobierna el instinto, por lo que es fácil deducir que los olores tiene la capacidad de grabar y activar los recuerdos», explica Katherine Ellison, periodista de investigación galardonada con el Pulitzer, en su obra "Inteligencia materna".

También Marcel Proust mostró, hace algo más de un siglo, la poderosa interconexión que se da entre el olfato, el gusto, la emoción y la memoria, cuando escribió su famosa obra en la que el sabor de una magdalena daba pie al recuerdo de toda una vida.


Como afirmaba Manuel Díaz Prieto en La Vanguardia: «España, es para los especialistas, uno de los países del mundo que más se perfuma. La tradición árabe y una cultura olorosa que busca satisfacer los sentidos —diferente a la francesa o anglosajona, que tienden a tapar los olores— baña toda nuestra memoria sensorial».
Y es que el imperio de los olores es 
para los seres humanos mucho más importante de lo que siempre habíamos supuesto.
En definitiva, una de las maravillas de la Creación

Antonio González Noguerol .
NOTA: Algunos datos escogidos de diversas publicaciones.

domingo, 2 de diciembre de 2018

JARDINES Y PARQUES CEHEGINEROS



JARDINES Y PARQUES DE CEHEGIN


Nuestro pueblo Cehegín y su entorno, entre otros muchos regalos, recibió del Todopoderoso uno de los paisajes más maravillosos de la región murciana, puede presumir, como todos sabemos, de un Casco Antiguo declarado conjunto histórico artístico por su extensión y su belleza urbanística derramada a lo largo de siglos por iberos, cartagineses, romanos, visigodos, árabes o judíos, y naturalmente cristianos. Todos ellos conformaron este extraordinario hábitat. Pero no sólo es esto Cehegín, así mismo siempre ha gozado de una frondosa masa forestal, reconocida como “pulmón” de la Comunidad Murciana.

Paseo de la Concepción-Foto de Pablo López.
Pero hablemos de sus numerosos jardines y parques: el Paseo de la Concepción, dicen que es el mirador más impresionante de la comarca, privilegiado observatorio de casi todo la floresta ceheginera, es un espectáculo la floración de las arboledas en primavera:  la Plaza del Castillo, —sin castillo—

Recoleto jardín en la plaza del Castillo

Pero sin embargo, noble solar con otro sorprendente mirador y una pequeña zona ajardinada, solaz de la nostalgia y de los jubilados; así mismo distintos espacios lucen ornamentados por innumerables plantas y flores, como el de la placeta de San Francisco; el pequeño vergel junto al Parador de Dª Blanca; el recoleto jardín de la Esquina de la Virgen. Otro marco de reciente creación es la gran rotonda del Arco Romano, junto a la Estación de Autobuses, construido con sillares de la ciudad perdida de Alquipir, en el valle del Paraíso, desde allí nos ofrece un panorama con la Cuesta del Parador y la soberbia mansión de Dª Blanca.

Arco Romano -Foto A. González-
La restauración de la Balconada-Mirador de la Tercia, junto a la llamada Casa de Europa, en otro tiempo propiedad de un preboste ceheginero: don Juan Martínez-Oliva. 
Parque Ginés el Ciego -Monumento al agricultor-
Y dos de los parques orgullo de Cehegín, los más encantadores del noroeste murciano, el de Ginés Ibáñez “el Ciego”; Y el Juan Carlos I, ambos con diversidad de plantas y flores, una monumental fuente con chorros de colores y un pequeño auditorio al aire libre. 
Parque Juan Carlos I -fuente luminosa-
Y el segundo, y más moderno, con un sector lúdico-festero polivalente además de pista deportiva, ubérrimo vergel que cobija un pequeño paseo con el monumento dedicado al agricultor ceheginero, y flanqueado por bucólicos parterres adornados por el Monumento a las víctimas del Holocausto nazi y un pilón erigido en recuerdo del hermanamiento con la ciudad de Mataró. 
Cruz Jardín Convento-Foto A. González-
Y no digamos el hermoso Jardín del Convento, con la gran reforma que le presta una luminosidad diáfana, sin perder su identidad que le confiere la pequeña fuente del Pato y el pórtico con los monolitos trasladados en el año 1952 desde su primitiva ubicación en la Gran Vía.


Jardín del Convento

En otra época, se plantaron palmeras en toda aquella Gran Vía, posteriormente sustituidas por numerosos árboles de distintas especies repartidos, moreras, naranjos y plátanos, así como el almez, (árbol que cría 'aratones', legendarios frutos, y que tanto jolgorio propiciaba en el Cine en otros tiempos). Todos estos árboles se disputan hoy el protagonismo por las principales vías ofreciendo al viandante su agradable sombra. 
Estanque del parque Jinés Ibáñez-Foto A. González-
Algunos también recordarán aquello del Jardín de la Alegría, o el vergel floral que se empleaba para adornar los altares en el mes de Mayo o de María, con el periplo de la Virgen de Fátima por los barrios cehegineros. ¡Qué tiempos! recordemos algunos lugares de antaño con ornamentos florales, como los dos enormes macetones que flaqueaban el inicio de la cuesta del Paseo de la Concepción. 
Pl. Mesoncico (Con dos grandes maceteros en la escalinata. ¿Desaparecidos?)
O nuestras calles repletas de macetas con geranios y otros aliños y que el ayuntamiento promovió con unos concursos anuales al objeto de embellecer el lastimero entorno ceheginero, por cierto en aquellos años también hay que reseñar un peregrino concurso del consistorio. Consistía en encalar las fachadas para dar al pueblo carácter de limpieza y esclarecimiento y lo convirtieron en un amontonado laberinto lechoso, lo que no sopesó bien la municipalidad fue que Cehegín no pertenecía a los pueblos blancos de Andalucía, si no al noroeste de Murcia con un paisaje más bien ocre.  
Casco Antiguo -Foto Archivo
Pero esta es otra historia. Y para jardines, los del Edén Canarense, una sorprendente miríada floral a la vera del Argos mitológico y si le añadimos sus jugosas hortalizas, sobre todo los sabrosos tomates, aderezados con un poquito de sal y un buen chorro de aceite virgen de nuestras almazaras, y naturalmente todo ello regado con vino de la tierra, ya es para morirse de gusto. Pero de Canara hablaremos en otro capítulo.
Santuario Virgen de la Peña -Canara-
Fotos: del autor, y de otras publicaciones.


viernes, 30 de noviembre de 2018

FUTBOL EN CEHEGIN


EL FUTBOL  ANTIGUO DE CEHEGIN


"¡¡Alaví…, alavá…, Cehegín, Cehegín, y nadie más...!!" (Canto de la grada)
A principios de la década de 1920 el fútbol comenzó a adquirir popularidad en la Comarca del Noroeste. Y por ello, se constituyó el Cehegín F.C., aunque hasta 1924, no se practicó en un campo adecuado. Años antes solía usarse la plaza de los toros como cancha. El 1 de junio de 1924 el Cehegín y el Deportivo Ñorense de La Ñora (Murcia), disputaron un partido a beneficio de los niños pobres de Cehegín. Durante el encuentro los aficionados cehegineros se lamentaban por no disponer de un campo adecuado. Francisco García Ciller, presidente del equipo, se hizo eco de las protestas y se comprometió a construir un campo de fútbol en una finca de su propiedad, cercana a la calle de Begastri, con unas medidas de 91x46 metros. Casualmente, las obras coincidieron con la constitución de la Federación Murciana de Fútbol.  De esta manera, a primeros de setiembre se inauguraba el primer campo de fútbol que existió en Cehegín que, en honor a su Patrona, fue titulado con el nombre de "Virgen de las Maravillas''.
A la sazón, Cehegín ya contaba con dos clubes de fútbol: el Cehegín F.C. (que tenía un equipo senior y otro infantil) y el Club Balompié Ceheginero. En principio se invitó a la inauguración a los clubs de los pueblos vecinos para disputar un cuadrangular, pero, a última hora, fracasaron las negociaciones, bien por discrepancias económicas o por compromisos adquiridos en las fechas previstas, finalmente se enfrentaron sólo el Deportivo Bullense y Cehegín C.F., por fin se celebró el estreno el día 10 de setiembre; antes del inicio el párroco de La Magdalena bendijo el terreno de juego. Como madrinas actuaron las jóvenes Isabel y Pura Marín de Cuenca, Ana María Moya Godínez, María Moya Cayuela, Isabel López Muñoz, María Peñalver Palud, María Más Massa, Teresa Mata Nevado, Rosita García Pareja, Elena Salinas, María Jesús Navarro, Anita Melgares, Pepita Alonso y Paquita Pérez.
Cehegín C.F. Años 50. (Nene y Andrés de la luz, Hdez., Lalo y Bolo, Pascual Cruz, Chato Molinero, Belloto, Miracielos Melgares, Susarte.
El encuentro finalizó con victoria local: Cehegín 2 - Bullense 1. La primera alineación ceheginense estuvo compuesta por Villalta; Hurtado, Griñó; Juanillo, Almansa, López; Álvarez, Hernández, Fernández, Castaño y Puerta.  Hizo el saque de honor el niño Cristino García, hijo del presidente del club y como anécdota, diremos que vestía camiseta roja y pantalón negro. Dada la importancia del evento, el Cehegín contrató a tres jugadores murcianos: Almansa, de la plantilla del Real Murcia,  Griñó y Hernández.
 Después del encuentro los tres futbolistas exigieron a la Junta Directiva del Cehegín 50 pesetas a cada uno por los servicios prestados, lo cual indignó a varios directivos por parecerles excesiva la cantidad, ya que también se les había pagado el viaje desde la capital. Tras tensos momento de discusión los directivos accedieron a las pretensiones de los tres futbolistas. El primer gol de la historia del campo lo marco de disparo cruzado "La Moto", así era conocido en el fútbol Pedro Álvarez, "El de la Pinchoncha" -conocido tabernero, además de notable barítono de zarzuela-. Se estima que el partido fue presenciado por unos 3.000 aficionados, lo que indica el gran interés que despertaba el fútbol en Cehegín. Así mismo la Junta Directiva del Cehegín F.C., tramitó su inscripción en la Federación Murciana de Fútbol. A finales de septiembre se produjo una reunión para constituir formalmente la Junta Directiva que habría de regir el club de fútbol durante la temporada 1924/25. Las personas elegidas fueron Presidente: Francisco García Ciller. Secretario: Amador Moya Martínez. Vicesecretario: José Semitiel Martínez. Tesorero: Juan Marín de Cuenca. Contador: José Castaño Capel y Vocales: Antonio de Béjar Sandoval, Antonio Zarco Moya, Ricardo López Martínez, José María Durán Palud, Felipe Peñalver Palud y Eugenio Vélez. 
El 25 de diciembre de 1924, ya debidamente vallado, se reinauguró el nuevo campo, presentando un aspecto como uno de los recintos futbolísticos más completos de la provincia. El campo contaba con asientos a su alrededor, y con 30 tribunas o palcos con seis sillas cada uno para acoger a los directivos y a espectadores de mayor poder adquisitivo.  El rival elegido para este segundo estreno fue el Deportivo Ñorense de La Ñora que se impuso al Cehegín en este segundo encuentro de inauguración por 0-3. Fueron muy populares los futbolistas aficionados del Cehegín: el citado Pedro de la Pichoncha, Pedro el Suelas, Juan Gloria, el Pistolas, Navarro, Isidro, Carricos, Bañón, etc.
Agachados: Chujas, Carricos, Franco, Correas y Hernández, (Entrenador: Bartolo Juan Luz).
En apenas seis meses, el Cehegín F.C. había pasado de jugar partidos amistosos en la plaza de toros en un terreno similar a un campo de fútbol sala, a inscribirse en una competición federada, en la que disputaría sus encuentros en uno de los campos de fútbol mejor equipados de la provincia de Murcia.  
De aquel terreno solo queda el nombre: la calle del Fútbol. (Frente a las Casas Baratas), terreno conocido como el patio de la Bodega de los Franceses que hoy ocupa un almacén de materiales de construcción, propiedad de los hermanos Muñoz (Patetas). 
Años después nos acercamos a la segunda época del futbol ceheginero, con otro nuevo campo ubicado en la calle de San Agustín, con el nombre de "El Almajar". A partir de esta época, adquirió Cehegín tal afición al 'deporte rey', que llegaron a organizarse torneos entre los barrios de la localidad, formando equipos con nombres tan sonoros como: Platillo Volante; Plus Ultra; Peña Bulí; PP. Franciscanos; Sporting Club y At. Juvenil, cuyo testimonio nos los muestra este viejo prospecto. 

Grandes jugadores como Pepe el Marmolista, Lalo, Nene de la Luz, que fue un portero excelente, Veneno, Isidro Velales, Pajote, Isaías,  y tantos otros dignos de recordar, todos grandes jugadores locales. Por aquellos años la rivalidad entre el equipo local y el del vecino pueblo de Caravaca era palmario, sucediéndose numerosos avatares.
Veteranos Cehegín F.C. (Antiguo Campo del Almajar, hoy Instituto)
Una anécdota singular ha quedado para la historia y fue en el partido celebrado el 8 de enero de 1958, cuando Beltrán jugador del Cehegín FC, tiró a gol, con tal fuerza, que el balón, después de entrar en el marco, rompió la red y llegó a las gradas del campo del Almarjal. El árbitro no concedió el gol ante el asombro del público y la protesta de los jugadores locales al árbitro, pero el colegiado se negó a comprobar si la red estaba rota. Venció el Cehegín por cuatro cero y el escándalo fue de los que pasan a las antologías futbolísticas.
Equipo del barrio del Convento.













En los años 50, y ya en los 60/70 en todo su apogeo futbolístico salieron jugadores cehegineros como Pascual de la Serradora, que jugó en el Molinense en la segunda B, Cuqui Fernández, Leo que estuvo a prueba con el Granada C.F. que militaba en la categoría de oro del futbol español, Robles, que jugó en el Mataró, los hermanos Susarte, Simón, Cristóbal Panadero o el otro Cristobal del Miami, Avellaneda, Fernando del Molino, y una lista de grandes jugadores de la cantera local que sería interminable señalar.
En aquellos años reforzaron el futbol ceheginero jugadores foráneos: Polo y el portero Romero, procedentes del At. de Madrid, y algunos se establecieron definitivamente en nuestra localidad, Pastor, García, Julio Cardozo, Roberto Álvarez, los hermanos Sorroche, Gero, Trigueros, Treviño, Juansi, Francis, Palmero, Crespo, Cuartango, entre otros jugadores que han pasado por el futbol ceheginero. 
Robles, García y Alvarez -Antiguos futbolistas-
Destacar los grandes entrenadores que han pasado por el Cehegin C.F., durante su época, fueron Rosendo Berengüi, Marín Morales, Julio Cardozo, Lalo, Joaquín Pellicer entre otros.  
Pero esta ya es otra historia.
NOTA: Algunos datos, son recogidos de distintas publicaciones.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

MOLINOS DE CEHEGIN

MOLINOS DE CEHEGIN

Antiguo molino Vera del río Argos
Desde la antigüedad el molino ha sido un elemento de primer orden dentro del entramado económico por su importancia para la alimentación de la población, por un lado y por la producción económica que traía a sus propietarios en materia de rentas. Había muchos tipos de molino en cuanto a la materia que se trabajaba aunque los dos más importantes eran el molino harinero y el molino de aceite, conocido como almazara. También existieron otros como el de la pólvora y otro del papel. El concejo de Cehegín tenía uno o dos molinos de su titularidad, la Orden de Santiago tenía el suyo y los ricos también poseían sus correspondientes molinos. La referencia más antigua que tenemos sobre molinos en Cehegín, -según el archivero municipal, nuestro amigo Jesús Hidalgo- es del año 1295, cuando se vende a Nicolás Pérez de Val Borraz el Señorío de Canara, en que se incluyen los molinos que tenía. El Diccionario Geográfico Estadístico de d. Pascual Madoz, en el año 1847. Dice así sobre el tema: “11 molinos harineros, 8 de aceite, uno de éstos muele con agua, 11 hornos y 2 fábricas de jabón.” Ya en el año 1906, un documento del Archivo Municipal de Cehegín nos ilustra con un censo sobre los molinos harineros, siendo 12 los que había en ese mismo año.

Interior de un antiguo molino harinero.
A mediados del siglo XX el número era de unos 15 molinos, para ir progresivamente decayendo desde los años 60 en adelante hasta desaparecer los molinos tradicionales. En pleno corazón del “Puntarrón” y barriada del Pozo, estuvo ubicado durante siglos, “El Molino de Papel”, que más tarde pasaría a ser “Molino Harinero”, hoy desaparecido por las demoliciones de finales de los ochenta, estuvo regentado por V. Hernández al mismo tiempo que residían en el propio molino, y que posteriormente Pedro José Cava Caparrós, cuyos cuatro hijos: Andrés, Juana, y Diego, notable restaurador de muebles antiguos.  



Molino harinero de la familia Hernández.
Otros molinos junto a la vera del río Argos: El de los Pacos. Curiosamente es mencionado en 1857 como caserío-molino harinero en el que convivían 45 personas, destruido por una enorme riada, se rehabilitó, pero hoy día se halla desaparecido bajo las aguas del pantano del Argos. Otros molineros que se dedicaron sobre todo a la molienda pública como M. Chico, el de la Marrada, los Francos en el del Cubo, los Reondos, el de la Peña. Diferentes molinos se instalaron en el pueblo como el de la Senena, el Molinico, y otro en el paraje de S. Ginés, de los Francos, dedicado a la molienda para la harina, aunque antaño fue molino de la pólvora, y el antiguo de la soledad-Tahona, aún en pie sobre la acequia que circunvala la falda de la Ermita de la Soledad.
Y en Canara, el de los Gallardos y del Cura, y algunos otros que se nos pasarán. También en el Quípar en el paraje de Gilico, que sepamos existió un molino.
Casa hospedería y molino de Sahajosa (Valentín)
En Valentín se ubica un antiguo molino, el del Sahajosa, del siglo XVIII reconvertido en una hospedería rural una parte y otra parte es una vivienda, que conserva en buen estado, todos los menesteres y antiguos adminículos propios de la profesión.

lunes, 12 de noviembre de 2018

FRANCISCO LÓPEZ CHICHERI


FRANCISCO LÓPEZ CHICHERI



D. Francisco López-Chicheri nació el 4 de octubre de 1845 en Cehegín, en la casona-palacio colindante a la Casa-jaspe (actual ayuntamiento), el nº 3 de la calle que lleva su nombre. Fue un político español de finales del siglo XIX y principios del XX.
Hijo de Juan Pascual López Urrea, alcalde de Cehegín entre el 1 de enero de 1852 y el 30 de julio de 1854 y de Gregoria Chicheri Suárez. Dado que su esposa, Josefa Ruíz Suárez, era oriunda de Nerpio en la provincia de Albacete, trasladó su residencia allí donde poseían una importante hacienda, además de numerosas propiedades adquiridas posteriormente. Su carrera política se desarrolló principalmente a través de dicha provincia, si bien su influencia también se dejó notar en el Noroeste de la actual Región de Murcia  de donde era originario. Fue militante conservador, canovista, y como es natural amigo de don Antonio Cánovas del Castillo.
Tuvo dos hijos, José Ubaldo y Purificación, que, precisamente, fueron propietarios de la casa que actualmente alberga el nuevo Archivo Histórico Municipal al final de la calle Mayor de Cehegín y quienes la vendieron a d. Fidel González Olivares y Bugeya.
El 9 de agosto de 1910, el pleno del Ayuntamiento ceheginero, en sesión extraordinaria, le dedicó en su honor el nombre a una parte de la entonces Calle Mayor, comprendida entre el final de la Cuesta del Parador y la Plaza del Mesoncico. Dicha denominación continúa en la actualidad.
La familia Chicheri, junto con los Ochando de Casas Ibáñez, nos ofrece el ejemplo ilustrativo de cacicazgo ejercido sobre un distrito electoral propio en la provincia de Albacete. Este poder político, ajeno a las directrices marcadas por Madrid, y basado en la alternancia entre conservadores y liberales, se asentaba en el control que ejercían en los ayuntamientos del distrito y sobre la administración de justicia. Por su condición de político pasó mucho tiempo en Madrid, de donde su relación con Cánovas del Castillo trajo algunos beneficios a Cehegín.


Director del Partido Conservador Albaceteño junto a don Rafael Serrano Alcázar. Fue Gobernador Civil de la provincia de Murcia, elegido como diputado a Cortes por el distrito electoral de Hellín-Yeste en los años 1879, 1884, 1905 y 1910 y por el distrito de Alcaraz en 1891 y senador por la provincia de Albacete en las legislaturas de 1889-1890, 1903-1904, y 1907-1908.


Murió en Madrid, el 31 de julio de 1910. Su fallecimiento fue ampliamente noticiado tanto en la prensa nacional como en la regional y local. 

NOTA: Algunos datos extraídos de diversas publicaciones y archivos locales.

lunes, 24 de septiembre de 2018

BOSQUES CEHEGINEROS


LOS BOSQUES CEHEGINEROS 

(EL PULMÓN DE MURCIA)

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Una manada de Ciervos cruza el camino.
Cehegín en lontananza -desde la Pollera-
Cómo me gustaría descubrir hasta las últimas umbrías de los bosques cehegineros. Dicen que son la reserva forestal de la región murciana. Y puede que sea cierto, pero hay que ver qué poco conocemos de ellos. Parajes como la sierra de Burete, contornos tan pintorescos como la Fuente de la Cagueta; la Hoya de Don Gil o la Peñica del Viento; el barranco de Juan Cojo, encima de la maravillosa ladera -repoblada felizmente después de aquel funesto incendio de hace bastantes años- que se divisa desde la autovía y en cuya cima, en la refugio y la casona del Coto Real, se admira uno de los más espléndidos panoramas de la región. 

Sierra de Burete -desde el Coto Real-
El Bancal de la Sierra, o la sierra de la Lavia, donde se ubica la otrora afamada fuente del Puntalico, de cuyo brocal mana el agua prodigiosa contra ‘los dolores de barriga’. Sin olvidar los pequeños montículos de Cuatro Vientos, o el Arroyo del Padre Pecador, ubérrimas selvas en las que se crían numerosos arbustos de cualidades curativas: rabogato, espliego, romero, tomillo, lavanda, alhucema, mirto e innumerables arbustos que serían la gran gozada de los naturalistas y ecologistas. Sensaciones maravillosas…, coger entre las manos una piña recién caída del árbol, cerrar los ojos y respirar a fondo hasta impregnarte del olor a resina y a madera. Mmmmm… fragancias que transforman, que hacen olvidar los malos momentos de la vida y reconcilian con lo más primario de nuestro ser: el hombre como parte de la naturaleza, la naturaleza como esencia de la vida.

Merenderos de la Fuente del Piojo.
Si nos adentramos en estos frondosos bosques y somos capaces de guardar un mutismo absoluto, conseguiremos dialogar con los altos ramajes de los pinos. Por sus abruptos senderos podemos ser atrapados por los sortilegios y el misterio que encierran sus árboles milenarios cargados de historias y leyendas. Una vez en la cima debemos mostrarnos sosegados y tiernos con las numerosas plantas que perfuman el entorno, porque somos observados desde los escondites de los duendes que habitan en las moradas del monte y podríamos caer en sus redes para ser convertidos en árboles petrificados. Incluso nos vigilan desde el cielo: con un poco de suerte lograremos gozar de la majestuosidad del Águila Imperial que vuela pomposa planeando por las sierras ceheginenses. Singulares ejemplares de los pocos que van sobreviviendo en el entorno de las zonas prebéticas de España. El ecosistema muestra permanentemente el valor de las cosas, si sabemos escuchar, nos habla y nos orienta: “Ten mucho cuidado porque todos formamos parte de la gran familia. Si me dañas a mí, te dañas a ti mismo”.

Fuente de la Cagueta.
Y si observamos tranquilamente, percibiremos la música que entona el viento desde las cumbres tañendo las arpas de la floresta. De ahí la leyenda relatada por Martín de Ambel sobre Juan de Gea ‘el Corrior’ (Corredor), -*- llamado así por sus facultades deportivas, se enfrentó a una partida de moros: “…habiéndose apartado de su hueste, subió por la cuesta del Reventón hasta la sierra de Burete al ojear una partida de moros que llegaban desde la comarca de los Vélez. El Corrior, comenzó a lanzar grandes voces simulando llamar a las caballerías de la comarca de Cehegín, como si anduviesen cerca. Y encomendándose a la Virgen de la Peña movió tal alboroto con piedras, palos, y todo lo que halló para producir extraños sonidos; los sarracenos cayeron en el ardid y huyendo rápidamente dejaron en libertad a los cautivos que llevaban presos…”. Pero esta es otra historia, aunque sin duda bastante apasionante.
Y es que nos beneficiamos de un territorio tan hermoso, tan ubérrimo, quizás el último paraíso de la región, pero somos incapaces de valorarlo en toda su riqueza. Desgraciadamente cada día vamos deteriorando más y más nuestro civilizado entorno. No cuidamos el medio ambiente, es más, no sólo lo descuidamos sino que procuramos, como una maldición irracional, maltratarlo a diario con nuestras actitudes irresponsables, hipnotizados con las promesas mercantilistas de un falso progreso que incapacita para frenar tanta negligencia. ¿Será por eso la impostura de la administración estadounidense negándose a firmar el protocolo de Kioto, ubicándose a ultranza en la más absoluta impunidad? Y eso, que no pasa jornada sin que nos lo recuerden los medios de comunicación y los responsables de la salud.
Fuente del Abad.
La OMS denuncia los problemas que están ocasionando, sobre todo a los niños y ancianos, las amenazas medioambientales dentro y fuera de nuestros hogares. Más de cinco millones de niños mueren cada año a causa de enfermedades relacionadas con el deterioro ecológico del ambiente en el que se desenvuelven, estudian o juegan. Es curioso que sean estos niños sobre los cinco años de edad los más vulnerables. Todas estas calamidades pueden ser prevenidas y tratadas con contundencia, pero por desgracia, estos programas de previsión los vemos alejados de nuestra sociedad del bienestar, como si chocasen contra las inexpugnables barreras de la opulencia que nos hace mirar con soberbia a tantas ‘cantinelas previsoras’.
Pero... ¿Cómo persuadir a ciertos individuos sobre estas cuestiones, cuando sólo con mentarles la palabra ‘ecologismo’ sonríen con irónico desprecio como si nos refiriésemos a una pandilla de indocumentados? 

-*- Entrada en este mismo blog: "La historia de Juan de Gea".
Fotos del autor y R. López. Fuentes: Diversos archivos locales.