Apodos de Cehegín

Diccionario del Noroeste

Recorrido por mi pueblo

jueves, 28 de mayo de 2020

NOCHE DE BODAS:

NOCHE DE BODAS HUERTANA:


Ha finalizado el banquete, y ha corrido el vino y la jarana propia de las gentes del campo, los novios se retiran a su recién estrenado hogar, y reciben la última serenata de solteros ofrecida por todos los amigos; las bandurrias y las guitarras se despiertan y rasgan bajo el balcón de los recién enlazados y los cantos ancestrales de la huerta les dan su bendición celebrando el himeneo. 

Boda huertana

Ya tranquilos, el y ella, charlan junto al balcón, es una charla fría rectilínea, en que el día de la boda tiene escueta adustez de negocio. Conversan de labranzas. De lo que podían ensanchar en la huerta. De aquellos otros locos que abandonaron la hacienda por las dulzuras del amor. Como las casas sucias y exiguas de adobe, ellos tienen los cuerpos y los espíritus. Ignoran cuándo se dieron cuenta de que eran novios, y durante las noches no hay recuerdos ni inquietudes que les traigan el voluptuoso desasosiego de la vigilia.

 Ella cose…, Él bosteza…, pero inesperadamente, al menguar la luz, ella deja la costura sobre las rodillas y levanta la mirada lánguida hacia el balcón, donde se contempla el melancólico atardecer invernal. -“Mira, ¡fuego…!”- Él se inclina y mira sobre el hombro de ella. -“No, tonta… Es el crepúsculo que nos invita a soñar.”- “Qué bonito, ¿eh?" – suspira la novia.

Entonces, en un impulso nunca sentido, el novio le busca los rizos de su nuca con tembloroso aleteo de beso. El cortejo se inicia con la misma suavidad que la oscuridad. Y llega la noche, aquel inmenso cromatismo que planeara sobre la vieja casona está olvidado y sólo se escucha un suave murmullo de amor. Las almas se han encarrilado de nuevo y el huerto pálido y árido, cercano al río, y los árboles que mintieron un murmullo de mar, tiene reposo de cansancio y de vulgaridad, como el de esa cuadrilla de labradores que durante la mañana se vendieron al amo menos tacaño.

A. González Noguerol 2020  - fotos: Ricardo  López

miércoles, 27 de mayo de 2020

LA MASONERÍA EN EL NOROESTE DE MURCIA

LA MASONERÍA EN EL NOROESTE DE MURCIA.



Aunque la Masonería se implanta en España con la creación de la Logia Cuatro Flores de Lis o la Matritense en 1728, con el apoyo y reconocimiento de la Gran Logia de Inglaterra y a iniciativa del propio Gran Maestre el Duque de Wharton, no es hasta el reinado de José Bonaparte que a las logias intermitentes bajo dependencia inglesa del siglo XVIII, se les suma la creación de la Gran Nacional, considerada por los historiadores como la primera logia de Obediencia española, pese a su gran influencia francesa.
Las primeras noticias sobre masones murcianos o de otros lugares, pero residentes en la región, se remontan a los años iniciales del siglo XIX. su existencia abarcó del mes de Agosto de 1801 hasta abril de 1802. Algunos oficiales pertenecientes al departamento naval de Cartagena debieron pertenecer a dicha Logia.
Entre 1820 y 1823 se contó en Cartagena con 3 Logias:  “Coliseo Constitucional”, “Jóvenes cartageneros” y “Los virtuosos descamisados”. En Murcia capital hubieron 2 logias más, así como en Cehegin, Totana, Alcantarilla, Caravaca, Mula y Lorca.
Es con la revolución de 1868 donde se favorece la aprobación de una serie de derechos, entre ellos el de reunión para fines lícitos. Al abrigo de esta nueva legalidad, se inicia de manera paulatina la implantación en toda la provincia de los ideales masónicos, que se verán favorecidos por la llegada al poder de los liberales, bajo la presidencia de Mateo Sagasta en 1881.
No hay mucha información ni consta tampoco excesiva documentación sobre el tema de las logias masónicas en nuestra comarca, solo alguna leyenda y ciertos datos que nos ofrece el archivero municipal de Cehegín confirmando la existencia documentada de una Logia masónica en Cehegín. Lo que no se sabe, al menos desde nuestras investigaciones, es donde se ubicó dicha Logia, es de suponer que estaría cerca de nuestra calle Mayor, en alguna de las calles perpendiculares, y seguramente por su reconocido carácter hermético.
Parece que fue durante el último cuarto del siglo XIX y principios del siglo XX, con el título de ‘Nueva Begastri 68’, pertenecía a la Orden GOE (Gran Oriente Español). En aquella época floreció la masonería en la Región de Murcia, sobre todo a partir del año 1868. 


Los pueblos vecinos también contaron con sociedades masónicas, como la ‘Logia Luz del Cenit’ en Caravaca y la ‘Logia Benamor 69’ en Moratalla. Como reconoce nuestro amigo, archivero y cronista oficial F. Jesús Hidalgo, es realmente complicado investigar este tema por la dificultad para acceder a las fuentes documentales del siglo XIX, por el secretismo de estas logias. No obstante hay rigurosos trabajos de la investigación histórica, a nivel nacional y regional de autores como José Antonio Ayala, en “Sociología de la masonería de la Región de Murcia”, o José Antonio Ferrer Benimeli, con “Implantación de logias y distribución geográfico-histórica de la masonería española”, entre otros, donde hay relaciones de todas las logias conocidas en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, figurando la de ‘Nueva Begastri 69’, en Cehegín. 
En la actualidad la Masonería sigue en activo, aunque sin la censura de épocas pasadas. Algunas personalidades cehegineras, que no viene al caso citar, detentan cargos importantes en estas sociedades. 


Lo que sí existen son algunas leyendas como esta historia que voy a relatar. Agoniza el Antiguo Régimen y también el reinado de Carlos III. La Ilustración se encuentra en su momento cimero, pero también el más convulso. Llegan desde Francia los primeros ecos de la Revolución en ciernes, mientras la sociedad española duerme todavía su siesta permanente. 
Y aquí, en nuestro viejo Cehegín, como en cualquier lugar de España, tiene lugar la resistencia a ultranza de aquellos días que se resisten a desaparecer, frente al Nuevo Régimen que pugna por abrirse paso, abanderado de los nacientes mitos o lemas del siglo inminente: Libertad, Igualdad, Fraternidad. 
Y es allí en la "república" del Mesoncico que nos vio nacer, adonde llega un atardecer de abril, un misterioso caballero de porte noble, traje negro con sombrero de ala ancha y capa larga, botines sin espuela, montado en yegua árabe, de pelaje ruano. 


Martín el Repechao, conserje del mesón del lugar, le da hospedaje y cena sobria. Con las primeras luces matutinas, el caballero sale raudo de la fonda, dirigiéndose hacia el paseo de la Concepción; el mesonero le sigue con la mirada, pensando que va a la "misa de ánimas". Nada más erróneo, el hidalgo recorre sorprendido la hermosa balaustrada admirando las feraces vistas que le ofrece la alborada. Es entonces cuando observa a dos señoras que caminan raudas hacia la ermita, una de ellas, una hermosa dama ataviada con velo oscuro de blonda y elegante vestido del mismo tono, que acude, como cada día, a misa, acompañada de su sirvienta. Ella cruza su indiscreta mirada con el gentilhombre que observa unos imprudentes ojos escondidos entre velos. El caballero saluda galante, quitándose su chambergo negro y no puede reprimir seguir, con descarada contemplación, el caminar elegante y garboso de la mujer… Y prosigue su ronda por las calles cehegineras. Se detiene en una taberna de la plaza del castillo a repostarse una copa de vino y pregunta al cantinero: “¿Dónde se encuentra la tertulia de los señores principales de este lugar…?” –el displicente tabernero se encoge de hombros y replica: -“Como no sea en la rebotica de don Juan Morales”- y le indica hacia la calle Mayor. Allí se dirige el caballero en busca del boticario don Juan, quien le invita a  entrar en la rebotica y pregunta: -“¿Qué puedo hacer por usted…?”- “Mire me llamo Adolfo Martínez de la Fuente, y represento a la Gran Logia de Murcia, como sabe, se avecinan nuevos tiempos y muchos cambios en la sociedad y vengo con la  aspiración de fundar por estos pueblos varias logias masónicas…, y deseo conectar con los prebostes de cada pueblo para organizarnos…”-
 Lo que ignora Adolfo es que la señora que se dirigía a misa, es la esposa de este joven boticario, la cual entra en ese momento en la rebotica y queda ruborizada con la presencia del caballero.


 Entre ellos se cruza de nuevo una mirada de complicidad y de atracción inexcusable. Y es que la discreta señora había recogido esa extraña flecha de Cupido en aquella hermosa mañana de primavera. Las futuras logias quedaban eclipsadas por los latidos imparables del corazón enamorado. Lo cierto es que se fundó una logia en Cehegín y el boticario, inspirado por su esposa, fue el primer maestro. Ignoramos en qué quedó aquel certero arrebato amoroso...  

Fuentes: Archivo Municipal; Masones de Murcia; Logia Moriá 143, y la tradición oral.

 

lunes, 18 de mayo de 2020

ANTONIO MACHADO

Antonio Machado: un poeta sencillo e intimista.

(El próximo 26 de julio se cumplen 146 años de  su nacimiento.)


Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

Fue una de las figuras más importantes de la poesía española. Poeta, dramaturgo ocasional y ensayista empedernido, volcó su sensibilidad más íntima en obras que plasmaron la mentalidad española de su época:

 "Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla y un huerto claro donde madura el limonero..."
 
Palacio de las Dueñas (donde nació Machado)
 
Aunque nació en Sevilla en 1875, su familia se trasladó a Madrid cuando tenía ocho años. Estudió en la Institución Libre de Enseñanza junto a su hermano Manuel.
En 1899 viaja a París a conocer el mundo literario de la capital francesa, allí conoció a importantes figuras como Rubén Darío. Más tarde se trasladaría a Soria para ejercer como profesor de francés, donde conoció a su gran amor: Leonor Izquierdo. 

Boda con Leonor Izquierdo su gran amor.

El paisaje soriano fue el que inspiró su obra ‘Soledades, galerías y otros poemas.’ La tristeza por la muerte de Leonor le fuerza a instalarse primero en Segovia y finalmente en Madrid. «Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería. / Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.» Su otro gran libro de poesía, ‘Campos de Castilla’ (1912), rompe con el subjetivismo y la intimidad desbordante de ‘Soledades’ y se centrar en el realismo de los paisajes de la decadencia castellana comparada con un pasado histórico más glorioso mezclado con ironías, estilos populares y reflexiones filosóficas o existencialistas. 


Poseedor de las características noventayochistas y el primer pesimismo que siguió al Desastre del 98 y la pérdida de las colonias, le siguió una etapa intimista con brochazos oníricos en la que el poeta veía el mundo a través de un filtro subjetivo. La muerte de su esposa, Leonor, es considerada un punto de inflexión en el estilo y la forma de ver el mundo de Machado. Cuando en 1936 estalló la Guerra Civil, Antonio Machado se posicionó a favor de la República (su hermano Manuel decidió hacer lo mismo pero en el bando nacional). Desde el Madrid de la guerra, dedicó amplios textos a la defensa de España y de los valores más progresistas de la sociedad. Debido al avance de las tropas franquistas, se traslada a Valencia y desde allí viaja a la frontera francesa en 1939, donde recogió un puñado de tierra española que llevó consigo. Él y su madre se instalaron en el pequeño pueblo costero de Coillure, donde falleció al poco tiempo. Su tumba, en donde fue esparcida esa tierra querida que recogió en la frontera, se encuentra en el cementerio local y está decorado con uno de sus versos y una bandera republicana. Hoy, cuando el pasado 22 de febrero de 2021 se cumplieron 74 años de su triste fallecimiento, solo nos quedan los versos de este poeta bueno. 


Agn.

jueves, 14 de mayo de 2020

EL TIO CAYETANO Y LOS FRANCESES

LOS FRANCESES ENTRAN EN CEHEGIN

-Y la leyenda del Tío Cayetano-


El 21 de febrero de 1809, se firman la rendición del sitio de Zaragoza, después de una épica resistencia de la tropa española al mando del Gral. Palafox, quien ante el requerimiento de rendición del Mariscal Jean Lannes, le contesta: -Los españoles no se rinden, tengo 100.000 hombres decididos a morir, para el señor Mariscal será un honor vencerlos.- Y así fue, fueron vencidos pero después de vender caro los asedios. Los restos de la guarnición española salieron con honores de guerra, aunque presos, a Bayona. 
El año anterior, 1808, se habían alistado en el ejército español 243 cehegineros, -185 voluntarios y 58 quintos ‘de saca’-. El sorteo de los ‘de saca’ se realizaba públicamente en la plaza del Mesoncico y consistía en extraer de dos cacharrillos de barro que contenían, en uno, el nombre de los mozos y en el otro las cédulas de color blanco y rojo. Un niño de corta edad iba sacando los datos, si salía el nombre y el papel blanco quedaba declarado soldado, y el que le salía rojo se libraba. Algo similar al célebre sorteo de bolas blancas y negras (que se usaba en el casino de Cehegín para admitir o rechazar a los aspirantes a socio).
En aquel 1808 se acantonaron tropas españolas en el convento franciscano de san Esteban, en extramuros de Cehegín, al mando del Ayudante General Josef Morete, para vigilar los movimientos de las tropas francesas situadas por las fronteras con Andalucía. Y piden otros 300 y pico reclutas procedentes de Cehegín que son enviados a Hellín y Totana. Como la situación empeoraba, a inicios de 1810, solicitan otra partida de hombres con edad de reclutamiento aún más baja, desde los 16 años, -el tope era 45-, aunque sean de corta estatura, éstos se destinan a otros servicios. Como era costumbre sólo se podían librar del servicio militar por compra, como ocurrió con el ceheginero Manuel Ros de Juan, de 28 años, que pagó por su exención 15.000 reales de vellón.
El 10 de noviembre de 1810 llega a Caravaca el coronel francés, conde de Espard con más de 1.000 soldados, saqueando cuanto encontraban de valor y exigiendo 200.000 reales de contribución. Dieron muerte a quien se resistió, se llevaron alimentos, ganado y los bienes de las familias más pudientes. Y lo peor, también robaron la custodia que portaba la Cruz de Caravaca. Ante tal desastre, el Comandante General de la Cuadra, jefe del ejército del Centro, ordena reforzar las plazas de Caravaca, Cehegín y Moratalla, aportando cada villa 50.000 reales para tal fin. Se instalaron 14 cañones de grueso calibre y un obús, con 400 artilleros, oficiales y almacén de munición al mando del coronel Entrena.


En febrero de 1811 los galos se acercan por Lorca, las gentes se esconden donde pueden, o huyen a las montañas. Una columna se aproxima a Moratalla y Caravaca, viniendo contra Cehegín, y por el Barranco del Moro fueron derrotados por las tropas acantonadas en el convento de los Franciscanos junto con la partida de guerrilleros capitaneados por el legendario ‘tío Cayetano’.   



Por estas heroicidades tiene calle en su honor junto a la Cuesta Moreno de Cehegín, allí vivía este guerrillero, por ello se le tituló en 1827 "Casas del Tío Cayetano", para cambiar a la denominación actual en 1853. Sin esperarlo, aquí nació una forma de resistencia contra el invasor, similar a la guerra de guerrillas que asombró al mismísimo Napoleón. 
Otra leyenda urbana referida a los gabachoscontada por nuestros progenitores y que aparece en la tradición oral ceheginera:
-En su retirada, la tropa francesa, traía cantidad de municiones y armamento y decidieron guardarlo en la Ermita de San Sebastián. Enterado el tío Cayetano, organizó a su jarca y una noche oscura realizaron una deflagración  destruyendo todo el polvorín y evidentemente la capilla, que así quedó-. 


Ruinas de San Sebastián.
 A partir de aquella gesta se hizo popular en Cehegín esta canción: -Por el Barranco del Moro viene una tropa con su caballo blanco y su trompeta rota, diciendo: tararí tararí ti...tí, el ‘perro’ que no esconda el morro se lo voy a partir...- Y es que, por esta tierra nuestra, en la guerra de Independencia, a los franceses se les conocía como ‘perros gabachos”.

Croquis zona de Cehegín en 1811. (Guerra Independencia)
En Moratalla, los franceses queman el convento de la Merced, rabiosos por no poder hacer nada contra Cehegín y Caravaca, donde se aumenta la tropa y se colocan 2 grandes cañones en La Ermita de la Reja. 
El día de Sta. Teresa, los 'franchutes' hacen un nuevo intento de acoso pero los carabineros reales y el regimiento de Montesa, estacionados en Sta. Inés, salen a su encuentro y les hacen huir vergonzosamente. 
En 1812, aparecen por estas tierras tropas del ejército del mariscal Soult  -dicen que en Galicia a los perros todavía se les azuza con el grito de “Sul”, evocando al dicho mariscal-. Regresan a su país en retirada con 45.000 hombres. Por Sta. Inés se acuartelan, y bajan por el antiguo camino de Cañalengua a lo largo del río Argos, ocasionando daños y expolios que se valoraron en 16.150.000 reales de vellón. 
Se cuenta, no sabemos si añadiendo algo de fábula, que cuando entraron en Cehegín, la tropa queda suelta haciendo desmanes mientras los oficiales se instalan en la casa de Jaspe, donde dieron una fiesta e invitaron a los nobles y autoridades cehegineras, pero no acudió nadie. Fue un tremendo desaire hacia los orgullosos invasores.
Y aquí aparece de nuevo el legendario tío Cayetano, quien tenía dos hijas muy bellas y seductoras, la soldadesca francesa quedaba prendada de aquellas beldades, y mientras eran seducidos por ellas, aprovechaba el viejo Cayetano para acuchillarlos arrojando sus cadáveres a lo más hondo de la torre del Pozo o Ladrón de Aguas.
Siete días franceses para Cehegín, de malhadado recuerdo quedó para los cehegineros: Edificios; Papeles importantes; Documentos de archivo; Muebles; Alhajas y Violaciones de todo cuanto importa a un país atacado y destruido. Todo el repertorio vivo de una pequeña población del noroeste de Murcia.

FUENTES: Numerosos archivos históricos, leyendas urbanas, y de los cronistas locales y Archivo Municipal.


sábado, 9 de mayo de 2020

BUFONES O PÍCAROS

DE PROFESIÓN: BUFÓN. 

Estaba cenando el filósofo Diógenes, cuando pasó por allí el filósofo Arístipo, que vivía confortablemente a base de adular al rey. Arístipo le dijo: -Si aprendieras a ser sumiso al rey no tendrías que comer esa basura de lentejas...- Diógenes le replicó: -Si tú hubieses aprendido a comer lentejas no tendrías que adularle...
El bufón profesional ha ejercido sus lisonjas en todas las épocas, ya en el siglo V, Atila llevaba siempre uno. Y se popularizó notablemente en la Edad Media y Renacimiento europeo. El origen inmediato del bufón está en el trovador, cuya función era contar historias, cantar y tocar instrumentos. 

Bufones en un banquete.
Vivían en sus castillos, actuando en banquetes y fiestas como cómicos. El bufón fue una figura aislada y periférica de alguna manera separada de las intrigas de la corte, y esto le permitía actuar como una especie de confidente. En aquella época existía la noción del “tonto sabio”. Se pensaba que todos los bufones y tontos eran casos especiales a quien Dios había tocado con un regalo de locura infantil, o quizás una maldición. En todas las cortes europeas, los enanos eran buscados como bufones. Muchos de ellos gozaban de una inteligencia clara que supieron utilizar en beneficio propio, ya que daban prestigio a las cortes europeas y la española no podía ser menos. Decenas de personas pequeñas, víctimas de enfermedades o de la desnutrición, poblaban los pasillos de palacio. Su labor era entretener a los cortesanos, figurar, ser vistos, acompañar a los poderosos, en definitiva, dar un toque exótico en palacio.
Eran los ‘raros’, personas que físicamente se diferenciaban de los ‘normales’, que precisamente se burlaban de ellos por su aspecto, y también por la envidia que provocaban. Debido a su cercanía y presunta inocencia, muchos bufones conseguían convertirse en personas de confianza de los monarcas y de los nobles más poderosos de palacio. Esto les proporcionaba un gran poder en un entorno cerrado como el mundo cortesano, donde los rumores y bulos eran moneda de ley. Esta cercanía al poder les convertía en confidentes y en espías, y más de una carrera fue truncada o favorecida por estos "mengajos".

Juanico 'el Calabacillas'
Es el caso de Juan Martín Martín, también conocido como “Juan de Calabazas” o “el Bufón Calabacillas”. Este personaje sufría estrabismo y trabajaba en la corte de Felipe IV después de hacerlo para el segundo hombre más poderoso del reino, el Duque de Alba. 



Hay otros muchos nombres de bufones retratados por Velázquez, como Sebastián de Morra o Francisco Lezcano “El niño de Vallecas”, pero probablemente la mejor muestra del papel que jugaban los enanos en la corte española queda reflejada en el cuadro más emblemático del artista sevillano, el conocido como “Las Meninas”. En ella ocupa un lugar central una enana hidrocéfala conocida como Mari Bárbola. Era la acompañante de la infanta María Margarita y con ella compartía los momentos íntimos de la familia real como el retratado en “Las Meninas”.

Las Meninas (Obra maestra de Velázquez)
Y es que el hambre agudiza el ingenio”. Ya lo pinta magníficamente el Lazarillo de Tormes. A través de las condiciones sociales que Lázaro enfrentó, su tiempo de servidumbre con el escudero honroso y su situación al final de la novela, el autor presenta el asunto grave del hambre en España y cómo el pícaro escogió satisfacer su hambre en vez de su honra. Y es que: "A buen hambre no hay pan duro..."

El Lazarillo de Tormes
Hay gente que tiene gracia para contar los chistes. Un verdadero don. También hay quienes son absolutamente negados para ello. Estropean el chiste antes de terminarlo. Y luego están los poderosos (sean poderosos del tipo que sea), que hacen desternillarse de risa a los aduladores. Se aprovechan de sus súbditos, que ríen, obligados, sus gracias. Madama Lisonja no es de hoy, viene de antiguo, puesto que el servilismo es de todos los tiempos.
Ya lo advertía Francisco López de Villalobos, autor del siglo XV: -Los príncipes y grandes privados, en comenzando a reír, hacen reír a todos y caerse de risa, que sus ojos se tornan fuentes perennales…¡Cuánta farsa…! Se comprende que en algunos casos “más cornadas da el hambre” como decía aquel torero cordobés.

Donald Trump -rodeado de fans-

Lo que es más difícil de comprender es que haya quien se siente complacido con las risas y aplausos de sus subalternos sabiendo, como saben perfectamente, que todo es pura falsedad y adulación.
Hace falta tener mucha personalidad y libertad interior (y quizás exterior también) para tener que reírle los chistes al jefe.
Y es que en la actualidad siguen existiendo bufones en todas las esferas, esos que le ríen la gracia a su superiores, y además no solo proliferan en la corte, también abundan en los reinos de taifas de nuestra amada patria.   

miércoles, 6 de mayo de 2020

VALLE DEL PARAÍSO Y SU ACUEDUCTO


VALLE DEL PARAÍSO Y SU ACUEDUCTO

-CAMPICO Y SUERTES-
El lugar dio origen al título de Conde de Campillos y Suertes, otorgado en 1868 a Diego María Chico de Guzmán, por Isabel II, como regalo de boda en su segundo matrimonio. 
El Campico o Campillo, es mencionado en el Catastro de Ensenada. Se trata de una casa de labranza de gran tamaño situada a 1.300 m. de Cehegin. Hoy desaparecido a consecuencia de la construcción de la 'Autovia del Noroeste de Murcia'.

'ALQUIPIR' LA CIUDAD PERDIDA. 

En la Edad Media, existió una ciudad, llamada Alquipir, que se extendía por el valle del Paraíso, al pie de la sierra de Quípar y junto al río del mismo nombre, partida de las Suertes de Abajo, distrito de Campillo y Suertes, en el término municipal de Cehegín.  



Hay zonas tan enigmáticas como bellas en los alrededores de nuestra villa de Cehegín, que aparte de su lógico interés científico, merece la pena visitar por la frondosa naturaleza de su entorno. Si nos desplazamos por el paraje conocido como “El Tollo”, seguimos en dirección Sierra de Quípar, vadeamos el río del mismo nombre y nos encaminamos hasta el cruce de la carretera Burete-Cehegín, a mitad de esta larga cuesta, se encuentra situado el “Acueducto del Paraíso” que suministraba agua a la antigua ciudad de Begastri, extendiéndose desde la ribera del río Quípar hasta la falda de una de las estribaciones de la Sierra del Quípar, donde se levantó el antiguo castillo de Alquipir, sobre una arriscada cumbre. 

Acueducto del Paraíso
A partir de allí, la subida se realizará a pie, por un escarpado y dificultoso camino que nos llevará a la cumbre del cerro a través de un tupido bosque de pinos. Desde aquel estratégico punto se controlaba visualmente la fortaleza de Cehegín, la torre Jorquera y el Castellar de Bullas y además una eficaz vigilancia sobre el citado camino que comunicaba Lorca con Cehegín, que discurría por el Valle del Paraíso.

Castillico de Alquipir
Según el franciscano Javier Gómez Ortín, el castillo puede tener su origen en época islámica, y es conocido por el relevante tesorillo que se encontró en sus inmediaciones, compuesto por unas 200 monedas de plata datadas en el periodo musulmán. No obstante, hubo de estar activo durante la Baja Edad Media (o al menos una parte), ligado a la encomienda santiaguista de Caravaca y a su castillo de Cehegín.
Alquipir está declarado Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.


El yacimiento se encuentra en el paraje de Las Suertes en la Rambla del Paraíso, a unos 4 Km. al SE del municipio de Cehegín, un ubérrimo paraje de pinares donde aparecieron gran cantidad de restos tanto cerámicos (de época romana en su mayoría) referidos en la Carta Arqueológica de Murcia realizada por el Servicio Regional de Patrimonio Histórico con la ficha número 439/90. A partir de entonces se procedió a la excavación urgente del yacimiento y comprobación del tipo de asentamiento y su cronología, que duró varios meses. 
Martín de Ambel, refiere en sus escritos sobre el río Quípar o de la Plata: "Las minas, así de oro y de plata, como de piedra de cantería e imán, y sus virtudes, y de otras cosas como bermellón y cinabrio". 


Después de la realización de esta excavación nos encontramos ante la zona de una villa romana donde aparecen trozos de ánfora, un caldero de cobre con remaches y cantidad de dolias romanas, -especie de tinajas para almacenar productos como vino, piel de uva, aceite, amurca, trigo y otros cereales.-
La cronología, la proporcionan los hallazgos numismáticos, así como cerámicos y abarcaría desde la segunda mitad del s. II d.C. hasta finales del s. IV d.C.
En 1994 se localizaron numerosos restos de fauna, el estado de conservación de la muestra no es tan bueno como se desearía, puesto que son únicamente tres los huesos que se conservan completos. La mayor parte aparece muy fracturada, en su mayoría perteneciente a diáfisis de huesos largos y algunos dientes, casi todo se encuentran en el Museo Arqueológico Municipal de Cehegín.

Fuentes: para los muy interesados en el tema, hay notables publicaciones como “El Yacimiento Romano del Valle del Paraíso” (Cehegín, Murcia), por Francisco Fernández Matallana, Juan W. Estremera Saura y Francisco M. Peñalver Aroca. Y otro Informe Faunístico del Yacimiento Romano del Valle del Paraíso de Elena Nicolás Pérez, además de los trabajos de Javier Gómez Ortín. 

lunes, 4 de mayo de 2020

CAPILLA SAN JUAN DE LETRÁN


Ermita de la Concepción de Cehegín. 
La Capilla de San Juan de Letrán 

(Breve semblanza).


Situado en la colina más elevada de la zona histórica de Cehegín este templo fue declarado en 1980 B.I.C. Y Monumento Nacional Histórico-Artístico. 
Su construcción se debe al cardenal Cisneros, quien conoció en Orán a un grupo de cehegineros, que le pidieron un hospital para su pueblo cuando acabase la contienda. La obra se inicia hacia 1538 y en la bóveda de la Capilla Mayor reza que se consagró en 1556, fecha en la que fue bendecida por el obispo de Modrusia. 
Hoy esta iglesia es la sede de algunas de las cofradías de Semana Santa y uno de los templos más emblemáticos de la Comarca del Noroeste.

Interior Iglesia Concepción (Exposición S. Santa)

Pero, centrémonos en la capilla de san Juan el Bautista o de Letrán, como es más conocida en Cehegín, -con los mismos privilegios que la archi-basílica lateranense de Roma (Concilio Lateranense)-, en ella comparte protagonismo san Ramón Nonato en uno de los retablos de más impacto, representando la vida del santo, cuya imagen lleva colgado del cuello un escudo de Cataluña con una 'Cruz de Malta', que además está representada en lo alto del retablo en otro distintivo similar.
Los textos, de finales del siglo XVIII, están tomados de los 'gozos' de una novena dedicada a san Ramón, invocando la protección de los campos y sus cosechas. La composición de las pinturas representa las vicisitudes del Nonato en escenas que relatan sus martirios, milagros y virtudes.
Después de la extraordinaria rehabilitación de esta ermita, se han conservado diez cartelas en las que se representan los textos que solían cantarse al final de cada jornada del novenario.
Comienza más o menos así: 1º.- Sol de Cataluña hermoso,/ fino amante de María,/ Sednos protector y guía, /s. Ramón Nonat, glorioso. —
 2ª.- Vuestra madre ya preñada, al octavo mes murió, / y al tercer día le abrió un lado punta acerada: / por la herida ensangrentada, salisteis clavel frondoso. / Sednos protector y guía, san Ramón Nonat glorioso. (Lo que hoy conocemos como practicar una cesárea y de ahí su patrocinio como abogado de las parturientas).
En la 3ª.- Alude a la misión encomendada por Cristo.
La 4ª.- y la 5ª.- ya hablan del martirio sufrido y representa una prédica a los moros donde es apresado por soldados, que con un candado le traban la boca para impedir sus sermones.
La 6ª.- Dice: Disteis a un pobre el Capello, / y en premio Cristo y María os bajan como a porfía / sus coronas desde el cielo.
La 7ª.- describe cómo Jesús le administra la comunión en la hora de su muerte.
La 8ª.- está ilegible por pinturas y relataba sus milagros, como la curación de la ceguera, la esterilidad y otras enfermedades incurables.
La 9ª.- refiere la protección de las cosechas por el buen tiempo y clima apropiado, así como de las enfermedades comunes, fiebre, llagas y dolores…
Y ya la 10ª.- y última, habla de los milagros atribuidos por ser uno de los santos más venerados, prueba de ello son las canciones y oraciones que aún se conservan en la cultura popular, como los ‘Rezos de Yecla’ o el ‘Canto de Auroros’ en la pedanía bullera de La Copa, durante la víspera de la Inmaculada Concepción.
Retablo de S. Ramón Nonato -con el texto de los Rezos-

Toda la decoración del templo está realizada con la técnica del “trampantojo”, y naturalmente en toda la capilla de San Juan de Letrán.
El trampantojo (de «trampa ante el ojo») es una técnica pictórica que intenta engañar jugando con el entorno arquitectónico (real o simulado), la perspectiva, el sombreado y otros efectos ópticos y de fingimiento. Según historiadores hay una inscripción en la hornacina de San Juan indicando que el pintor lorquino Manuel Muñoz Barberán las retocó en los años 40, seguramente al tiempo que pintó los recordados frescos en los murales altos de la Iglesia Mayor de Santa María Magdalena, luego enlucidos con yeso (Se cuenta que fueron tapados por consejo del autor).


Es curioso que se denomine a san Juan el Bautista por ese apelativo de Letrán. Hay que aclarar que San Juan de Letrán de Roma es la basílica más antigua del mundo, situada en una zona llamada 'Horti Laterani', antigua propiedad de la familia romana de los Laterani, caídos en desgracia bajo Nerón, quien la confiscó y pasó al dominio imperial. De hecho, precede a la fundación de la de San Pedro. 

Catedral de Roma. San Juan de Letrán 

Está dedicada a la advocación de ambos juanes: el Bautista y Evangelista. Posiblemente de ahí las referencias, en la capilla de la Concepción ceheginense al Discípulo Amado, reflejada en una de las esquinas decoradas con los cuatro evangelistas, además de su antigua imagen en la hornacina principal de la capilla, en cuanto al Bautista, es representado con la 'Concha bautismal' y con su cabeza degollada y servida en bandeja según la historia de Salomé. En esta capilla, resaltan muchos detalles curiosos: un niño desnudo de tez oscura, mostrando su rasgos masculinos (símbolo ‘priápico’), y otro encima de la hornacina central, calzado con unos zapatitos oscuros, así como otras referencias características bajo los retratos de los cuatro evangelistas.
En 1586, el pontífice romano Gregorio XIII concedió a esta capilla de san Juan, el título de Letrán, con los mismos privilegios e indulgencias que goza la famosa basílica del mismo nombre en Roma, y con la misma advocación hacia ambos santos el Bautista y el Evangelista. 


Capilla san Juan de Letrán de la Concepción de Cehegín 

En una de las criptas de esta capilla ceheginera se dice que reposan los restos de Martín de Ambel. Otro día hablaremos de este legendario personaje, acogido a sagrado y confinado durante 38 años, tras dar muerte, en un lance de honor, al caballero don Alonso de Góngora, alférez Mayor de Cehegín y también del templo de la Concepción y su maravilloso artesonado mudéjar, dicen que de los más importantes del arte levantino, y lo más notorio, la espectacular cúpula transversal en forma octogonal.

Fuentes: "Ermita Concepción" de Jesús García Pérez, Elena de la Ossa, Archivo Municipal y otras publicaciones.