LA VERBENA DE SAN ANTONIO
Un chulo y una chulapa de verbena. |
La verbena de San Antonio se considera la primera verbena de la temporada estival, que comienza el 13 de junio. Cogió fama entre los madrileños, hasta el punto de que hacía sombra a la de San Isidro en cuanto a asistencia de público. Cuenta la tradición que las ‘modistillas’ de los talleres de costura del Madrid antiguo, acudían a pedirle al santo que les saliera novio. Este ritual, aún permanece, hay que sumergir en la pila de la sacristía de la ermita 13 alfileres (que simbolizan las 13 arras matrimoniales) y luego colocar con fuerza la mano sobre ellos: cada alfiler que quede clavado en la mano significa un pretendiente.
Buscando novio en los alfileres. |
Foto antigua de la Juventud Antoniana -año 1930- |
JUVENTUD ANTONIANA DE CEHEGIN. La Juventud Antoniana de Cehegín, se fundó en junio de 1913, se establecieron los primeros mimbres dirigidos por el jardinero-director P. Buenaventura López. Sus años más recordados, posiblemente fueron entre los años 50 y 60 del s. XX, y con plena actividad hasta 1961, presidida por Cristóbal González Ruiz. Esta peculiar asociación, aunque pequeña, por su juventud, realizó numerosas obras sociales, forjadas por la necesidad de aquellos tiempos, construyendo un proyecto cristiano de entrega a los más desfavorecidos. Siempre bajo el manto de la patrona Virgen de las Maravillas y sus guardianes los PP.FF.
Jóvenes antonianos presidiendo la procesión. |
Se instalaban tambanillos cubiertos de sabina de nuestros montes, banderitas y guirnaldas de abigarrados colores por todo el Jardín del Convento. Cucañas untadas de grasa con algún conejo o pollo en lo alto, para quien se atreviera a subirse y si conseguían atrapar al pobre animal, se lo podía llevar a la cazuela.
Sirva como anécdota la aventura de este volátil: sucedió en aquel año 1959, el pavo destinado para regalo, se escapó de su corral –acaso se imaginaría lo que le esperaba-, unos jóvenes antonianos subieron por las terrazas vecinas en su busca, al final encontraron al infortunado pavo agazapado detrás de la chimenea de doña Micaela.
Otro evento de ese año fue durante las fiestas antonianas, se organizaron unos "Juegos Florales Infantiles", patrocinados por el Excmº. Ayuntamiento, donde participaron numerosos jóvenes de ambos sexos, festejo dirigido por la popular maestra nacional Paquita Soria.
Así mismo, se representaron
algunas comedias teatrales en el salón de actos del convento, con aficionados
locales. Hay que recordar a Rosendo Zafra, como colaborador junto al P. Ortín Cano.
Obras como “el Colmillo de Buda” de Muñoz Seca. O fragmentos zarzueleros como ‘Las
Espigadoras’, o ‘Perico y Nicasia’ de la Dolorosa.”
En los últimos tiempos, la
fiesta se ha adoptado en el barrio de San Antonio, en razón al notable
crecimiento de aquella barriada que fue desarrollándose en torno a la fábrica
Zumos La Verja…, posteriormente fue constituida por el obispado de Murcia en la
parroquia de San Antonio de Padua.
Otra verbena emblemática se
solía celebrar en la plaza de sor Catalina Campos en las Casas Baratas –En la
fiesta de los santos Pedro y Pablo-. En cambio, se sigue festejando en la
actualidad la verbena de san Juan, en la avda. Plaza de Toros, y su entorno, hasta la rotonda de Pepín Liria y plaza de don Pepe Navarro, esta advocación hacia
san Juan, viene al caso por la cercana calle del mismo nombre y de alguna manera,
por crecer en ese barrio, a lo largo de años, la cofradía de Semana Santa en
honor de san Juan Evangelista.
FUENTES: Tradición oral, diversos archivos y publicaciones y un agradecimiento muy especial a mi amigo y maestro, Cristóbal González Ruiz.