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sábado, 10 de agosto de 2019

LAS CABAÑUELAS


Tiempo de Cabañuelas


En agosto, frío en rostro”. (Después de las cabañuelas, el tiempo cambia y refresca).



La otra tarde, escuché en la radio unos comentarios sobre Las Cabañuelas. Me despertó tal interés que me dio pie para este artículo uniendo lo escuchado a otros datos que guardaba, así como referencias orales de mis antepasados.
Las cabañuelas formaban parte de los vaticinios y adivinaciones empleados por nuestros antecesores como medio para predecir el tiempo atmosférico. Algo así como las herramientas usadas hoy por los servicios meteorológicos. Eran de uso más o menos generalizado hasta principios del pasado siglo. Reemplazadas por el Almanaque Zaragozano y otros medios similares, pervivieron hasta los años 50 del siglo XX. 


En Cehegín como en cada pueblo del Señor, siempre hemos tenido viejos adivinos, antiguos aurúspices como aquel desarrapado buhonero apodado 'el tío la Moa' (de la Moda), que vendía el Almanaque Zaragozano y si indagabas más te espetaba: "¡Vienen tiempos difíciles con rayos y truenos!... y algo más que no puedo demostrar porque podría parece blasfemia."
Recuerdo a mi abuela, atemorizada por las predicciones que señalaban las cabañuelas, aseverar: —«Nene, vamos a recogernos que esa cabañuela tie malasombra…, no te se ocurra bañarte en las “vaeras” del río que 'pués' pillar unas calenturas…»— o aquella vecina alcandora que le gritaba a su hijo, cuando se iba a bañarse a los sifones del tren: "Ten cuidiao, y como 'tiahogues', aquí no vengas porque te amanso a apargatazos..."


Y es que el porvenir siempre ha sido causa de supersticiones. Pero el futuro, por suerte, es inescrutable. El hombre, con las facultades tan limitadas que posee, no puede prever las contingencias futuras más que en una órbita muy reducida.
La previsión del tiempo se puede realizar sólo con manifestaciones muy palmarias y muy estudiadas, contando además con sofisticados aparatos de observación y sólo para un plazo muy corto de días. E incluso así, tampoco puede darse todo el crédito a aquello que va revestido de forma científica como es la actual predicción del tiempo.
Sin embargo, las cabañuelas se basan en largos siglos de observación y comprobación de los fenómenos atmosféricos llevada a cabo por gentes que conocían y dependían del cielo. No necesitaban relojes, ni brújulas o atacires, ni otros artilugios, el sol y las estrellas bastaban para aclararles las incógnitas. La gente que durante generaciones vivió en pleno contacto con la Naturaleza y alejada de las ciudades, observaba los fenómenos físicos desconociendo sus leyes y necesariamente caía en brazos de las supersticiones.
El presagio es una especie de adivinación o conocimiento de las cosas futuras por medio de señales que se han visto o de intuiciones y sensaciones. Los presagios son debidos todos al azar. Los augurios intentan buscar una relación entre lo sucedido y las causas que puedan haberlo desencadenado, aunque apartándose del orden lógico de las cosas, pero las Cabañuelas no fallan nunca, somos nosotros que no las entendemos lo suficiente para saber interpretarlas.
Cabañuelas es diminutivo de cabañas, en las cuales habitaba el pueblo judío cuando iba errante en busca de la Tierra Prometida. Ya entonces hacían sus observaciones y sacaban sus pronósticos obteniendo muy acertadas conclusiones sobre los años de vacas flacas y vacas gordas.

De esta forma ¿Qué son, pues, las Cabañuelas…? Son un fenómeno climatológico muy rápido y diverso que se produce en el firmamento desde el 1 al 13 de agosto, ambos inclusive, todos los años y que después encaja perfectamente en los 12 meses del año siguiente. Las Cabañuelas no terminan el 13, después siguen Las Retorneras o «de retorno», a la inversa desde el 14 y hasta el 25, las cuales son el complemento de todo el conjunto. Nos podríamos extender pero sería muy prolijo el tema. Podríamos explicar el significado de ciertas cabañuelas como la de “a derechas”, otras “a retaculas”, la “Santa Lucía” o la catedral de las Cabañuelas: “La Candelaria”.  


A lo largo de los siglos se han escrito muchas conjeturas y han ocurrido numerosos avatares, algunos incluso anunciaban el fin del mundo. Y continuarán aconteciendo muchas más, sucederán altibajos, sin embargo nunca sucederá nada que no hayamos conocido a lo largo de la historia.
La mano del hombre influye algo en los eventos y sería provechoso cuidar el medioambiente, puesto que muchos de los vaivenes que descomponen los ciclos meteorológicos son ocasionados por las agresiones que perpetramos a diario contra nuestro planeta.
Según apuntan entendidos en la materia, los primeros 49 años corresponden a 7 ciclos de 7 años cada uno, que también pudieran ser 6,5 que son la mitad de los 91 años que componen los 13 ciclos y que al mismo tiempo confrontan perfectamente con las Cabañuelas del hemisferio Sur, que comienzan el 2 de febrero y además festividad de la Candelaria, de ahí el nombre citado anteriormente.
Los grandes cambios climáticos no tienen lugar en enero, como algunos aseveran, sino que dan comienzo en el mes de agosto y en período de Cabañuelas, aunque comencemos a contabilizarlos en enero para completar años enteros: conclusión, en agosto del año 1993 tuvimos un cambio climático que ajustó las ciclos y cada estación en su sitio. Siete años después, en el 2000, 2007 y 2014, se repitió la suerte y se produjo otro cambio climático en período de Cabañuelas. El mes de agosto desajustó otra vez el tiempo, mojó los puntos secos y fue más tibio, o sea los períodos secos más fríos y los mojados más suaves y templados. En agosto desajustó otra vez el tiempo, mojó los puntos secos y fue más tibio. 2019 nos ofreció Julio y Agosto bastante calurosos. Luego “alguien” nos regaló el funesto y misterioso virus, 2019-20,  y llegó el impredecible 2021, que debía ajustar los ciclos de nuevo, pero fue un año loco, como este 2022 que no sabemos cómo se portará finalmente. Así al menos lo aseguraba mi amigo y confidente, experto en cabañuelas Pedro 'el Risicos'.


A.González Noguerol (Motolite)  

 NOTA: Algunos datos y fotos proceden de diversas publicaciones.
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