JOSÉ EL CIEGO
(MAESTRO DE PULSO Y PÚA).
José "el ciego", no tenía la formación de don Antonio "el Ciego Medina", ni siquiera la de Ginés "el Ciego", era un músico autodidacta que sabía interpretar numerosas piezas sin partitura, tampoco dominaba el sistema de lectura de Braille, pero en cambio tenia gran intuición musical –como es habitual en los ciegos- muchos adolescentes de aquella época dimos los primeros pasos con la bandurria de José, en una covachuela situada en la Cuesta de Moreno, donde impartía sus clases de interpretación.
Su trayectoria vital discurrió en tiempos muy precarios, época de racionamientos y penurias, a malas penas sacaba unas pesetillas para su triste sustento. Nunca olvidaré mi primer día de clase de bandurria, con qué bondad impartía la lección, con mucha tranquilidad hacía repetir las frases musicales sin recriminar la normal torpeza de principiante:- "Despacio, poco a poco, sin correr, ya verás como al final se consigue..."- al terminar aquella primera lección pregunté: “José. Dice mi padre que cuánto tengo que pagar por cada clase”, - y él me contestó. “Dile, que te dé un bizcocho cada vez que vengas, que hace años que no los he catao…”
Habrá que buscar información de este ciego, que aunque, como hemos dicho, con ingresos paupérrimos se ganaba la vida como podía, es sabido que los invidentes, a no ser que tuviesen la suerte de nacer en noble cuna, tenían un futuro marcado de infortunio, eran seres algo marginados por la sociedad. Algunos como "El Pijote", "El Rines", "El Carlancos" o "El Gachopo" y otros, malvivían cantando coplas y oraciones en las casas, de esta guisa:
Una desgraciada joven / después de perder su honra
se ha enterado que su novio / se iba a casar con otra.
Un día que él vino a verla / y llorando se la encontró:
"¿Qué te pasa, vida mía?" / -así le dijo el traidor-.
"¿Qué quieres que me pase? / si es verdad lo que me han dicho
te vas a casar con otra / y a mí me dejas un niño.."
se ha enterado que su novio / se iba a casar con otra.
Un día que él vino a verla / y llorando se la encontró:
"¿Qué te pasa, vida mía?" / -así le dijo el traidor-.
"¿Qué quieres que me pase? / si es verdad lo que me han dicho
te vas a casar con otra / y a mí me dejas un niño.."
Músico ciego junto a su lazarillo. |
José formó también una rondallita de la Sección Femenina, con chicas de la localidad, que recibían clases de nuestro personaje. Las bandurrias, laúdes y guitarras sonaban de la mano de chicas noveles como: María Marta, María Galindo, Pilar Carrasco, Fina Ruiz, Juani Sánchez y algunas más, que ahora no recuerdo el nombre. Tocaban en conjunto con la supervisión de José 'El ciego', en una etapa muy positiva para toda la gente joven que acudía a aprender a tocar. También colaboraba en algunas cuadrillas de folklore de nuestra comarca, enseñando las 'pardicas cehegineras'; 'manchegas'; 'rabotas', 'malagueñas', etc.., que tanto arraigo han aportado a los animeros de Cehegín.
Rondalla Sección Femenina. dir. José el Ciego. año 1947 |
La piezas favoritas para empezar a manejar el laúd o la bandurria eran: Algunos valsecitos, como uno titulado: 'Una noche en el casino, me quisieron convidar, con café y con marrasquino, y un poquito de coñac'…; 'Con sábanas, sin sábanas' o 'Solamente una vez' y una mazurca que él llamaba: 'Mal dolor le dé a tu tía…' que era lo que entonces más se tocaba. Además enseñaba la técnica de la guitarra y resto de instrumentos a todas las jóvenes que se iniciaban.
Por lo visto esta foto, nos hace intuir que debió participar en algún grupo de zarzuelas o comparsa de carnaval, incluso podría ser de una rondalla anterior a la Guerra Civil.
Años después se fundó la O.N.C.E y algunos invidentes mejoraron notablemente su forma de vida (La Amparo, Josefina Miracielos, Fernando, Andrés 'el Cañas')... Pero nuestro viejo maestro José no llegó a tiempo, ya era muy viejo para estos menesteres, al igual que los citados anteriormente, llegaron a la ancianidad, antes de fundarse la Institución. De éstos recuerdo, cuando rezaban oraciones por las casas, acompañado de añosa guitarra, con romances como este:
Teresa de mis entrañas, no te gazmies ni jaqueques
que no faltarán zarazas / para los perros que muerden.
Aunque es largo mi negocio / la vuelta será muy breve:
El día de san Ciruelo / o la semana sin viernes;
acuérdate de mis ojos / que están, cuando estás ausente,
encima de la nariz y debajo de la frente.
Y llegó la época dorada del Quinteto Ibáñez interpretando piezas como aquel célebre vals, titulado “Dulzuras” compuesto por el recordado maestro Antonio Rodríguez más conocido como “Ciego Medina” en honor de la Confitería Motolite…
En este triste nicho yacen los restos de José el Ciego |
Y José "el Ciego", aquel hombre bueno y estupendo guitarrista, desapareció de la Cuesta Moreno, un día gris sin repique de campanas ni músicos que le escoltaran hasta su último viaje, aunque siempre quedará este pequeño homenaje de recuerdo hacia su noble persona.