Desde mi Buhardilla Mesonzoica
Buscando...
miércoles, 22 de mayo de 2019

¿DOS ESPAÑAS...?


¿DOS ESPAÑAS…?


     “Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios…, 
       una de las dos españas, ha de helarte el corazón…”
                                                       (A. Machado).

Con gran tristeza estamos asistiendo a una crisis planetaria, sin precedentes, en la cual estamos implicados toda la ciudadanía, unos colaborando en las medidas recomendadas y otros trabajando sin desmayo a todos los niveles, desde los sanitarios, la ciencia, y demás sectores, que se juegan su propia salud para intentar mitigar tanto desastre, tanta guerra, tanta incuria.
Luego medran numerosos "sesudos politólogos y seudoperiodistas" "bienpagaos", con lamentablemente tonillo  malintencionado, que muestran una vez más a la triste dicotomía de las dos españas, alguna de las cuales procurará helar nuestro soliviantado corazón si se deciden a usar el “sacamantecas”. Parece ser que hay un sector minoritario de la sociedad española que continúa sin fe en la Democracia, que sigue abocado al escepticismo ante la pesimista profecía del genial poeta andaluz “… las dos españas…” Que están empeñados, en fin, en que no nos entendamos. Cuando nacimos ya condenados a lo contrario… Para ello elegimos el sistema democrático hace más de cuatro décadas. ¿No lo recuerdan…?


¿Es que no somos, acaso, lo suficientemente mayorcitos para reflexionar y reconocer no sólo los errores, que han sido, son y serán en el futuro, sean quienes fueren nuestros dirigentes, sino también los aciertos, que deberemos poner en la balanza para cuando llegue el momento de una nueva elección, sopesar y votar lo más conveniente, pero con el suficiente criterio para que nadie tenga que tutelarnos y decidir por nosotros…? 
De alguna manera, con un espíritu ecléctico en el que no pueda hincar el diente ningún fantasma del pasado. Y desterrar actitudes mesiánicas manifestadas demagógicamente por ciertos individuos. No se puede tirar por la borda tantas ilusiones por recuperar la democracia para que ahora unos cuantos fanáticos de cualquier tendencia, pongan en tela de juicio los derechos consiguientes.


No estaría de más recordar a Juan Carlos I acompañado de Adolfo Suárez, -a quien también se le negó el pan y la sal en su momento- junto a un grupo de hombres de cordura y sentido de estado como Felipe González y otros que todos recordamos, cuya labor no fue poca, nada menos que sentar a dialogar a las “dos Españas”, irreconciliables hasta entonces, y conseguir una Constitución para todos. Pues bien, ahora que tantas voces evocan con fervorosa nostalgia aquella pléyade, -ya era hora- es el momento de un nuevo consenso, anteponiendo los intereses generales a los partidistas. Debemos navegar en busca de la moderación y la concordia. Será la mejor manera de dignificar la obra de aquella generación con sentido común. 
Y es que en este mundo revolucionado por Internet, en esa aldea global tan cacareada, ya no caben dogmatismos anacrónicos propios de una sociedad decimonónica. Aunque la secular herencia cainita siga ejerciendo su presión sobre nuestro país, hay que dejar a un lado las convulsiones y reyertas partidistas para aportar lo mejor de cada cual hasta obtener un consenso que nos traerá la paz social y en definitiva el progreso. Esto no quiere traducirse en conceptos de pensamiento único, ni mucho menos, ya que la esencia democrática es el pluralismo, la sana discrepancia, ese gran brocal de ideas multicolores, como un esperanzador arco iris..., como la vida misma.
Y de ahí debe salir la gente trabajadora, con los pies firmemente sentados en el suelo, sobresaliente por su inteligencia, su creatividad, imaginación, arte, talento y demás atavismos imprescindibles para una gestión eficaz, pero al mismo tiempo atorada de generosidad hacia los demás, dispuesta lealmente a servir a sus conciudadanos, prescindiendo de intrusos y aduladores, vendidos a turbios intereses.
Puede que parezca utópico, una onírica fantasía digna de un dulce cuento de hadas, pero si perdemos también la capacidad de soñar con quimeras, ¿qué va a ser de nosotros…? Ya lo asevera el ‘chalado’ de Don Quijote de la Mancha: “Viva en libertad y por la libertad y la honra”.
Todas estas cuestiones debieran ser matizadas desde niños, en las escuelas y en cada hogar, mamándolas, pues una sociedad no puede construirse sobre la base de otra que ha demostrado su incapacidad para resolver los problemas acuciantes del hombre de hoy: esto es, su natural deseo de entender, de conocer las verdades. Como cantó –de nuevo y siempre- Machado: “¿Tu verdad?... No, la Verdad / y ven conmigo a buscarla. / La tuya guárdatela…”

Antonio González Noguerol.
Compartir en :
 
Back to top!