“Agua y agrado que no falte”
¡Nada,
que no llueve por el Sureste español ni a tiros!, y en particular por nuestro
Noroeste de Murcia, es que solo nos obsequia el cielo con algún triste ‘matapolvos’ pero la sequía se apodera de nuestro territorio, y los
meteorólogos nos amenazan, como cada año, con un estío amenazadoramente
caluroso. La solución para mitigarlo: LA ANSIADA AGUA PARA TODOS.
El
ser humano precisa dos litros y medio de agua al día como mínimo. Es un componente
casi tan importante como el aire. Una persona puede vivir varias semanas sin
comer, pero sólo unos pocos días sin ingerir líquidos. Como tantas falsas
creencias, el agua no engorda. Por el contrario sirve para quitar la sensación
de hambre y de esa forma comer menos (así que ya saben el sistema para perder
kilos). La mayor parte del agua nos llega a través del alimento y las bebidas y
se elimina por los riñones y también por la piel, los pulmones y los
intestinos. Sin duda el agua es imprescindible para la vida. Representa
más del 60 % del peso del cuerpo humano y más aún en un recién nacido. Contiene
los minerales precisos para el buen funcionamiento del organismo (calcio, yodo,
cobre, etc.) algunas aguas son ricas en magnesio, hierro, sodio y otros
componentes. Pero… ¡ojo!, hay que tener cuidado con las que lleven restos de
plaguicidas y detergentes. Nos pueden jugar una mala pasada.
Es
obvio que el agua también tiene otras utilidades además de las mencionadas. Por
ejemplo el masivo uso, imprescindible en el aseo y limpieza, no sólo de cuerpo,
también en otros menesteres. Al ser un bien escaso en estos tiempos, obliga a
ahorrar cuanta sea posible. Lo cierto es que no nos mentalizamos e incluso
algunos son tan escépticos y egoístas como mi vecino Juanico el Perchao: “Mira Antonio, no me vengas con sermones
ecológicos, hay agua de sobra y si no, vente un sábado conmigo a lavar el coche
y verás las colas que se forman. Si derrochan a toda presión… ¿cuánta
desperdiciarán en sus hogares…?”
Pero
quizá donde más agua se consuma sea en la agricultura. Los métodos
principales usados para el riego son la inundación, los surcos, los aspersores,
y el riego por goteo. Por desgracia y debido a las diversas contaminaciones a
que se ven sometidos los acuíferos, se corre el peligro de agravar los problemas
que acarrea el índice de nivel freático con el consumo desmedido de agua. Desde
el sistema de regadío iniciado por los romanos y perfeccionado por los árabes,
sistema practicado principalmente en los valles aluviales de origen fluvial,
como los ríos levantinos, hasta la construcción de pantanos y embalses, el agua
ha sido un elemento básico para la configuración de la producción agrícola. Los
ríos valencianos y murcianos y sus acequias riegan miles de hectáreas.
Invariablemente
se han planteado numerosos pleitos por los riegos. Las Juntas de Aguas casi siempre
han resuelto los enfrentamientos y la más conocida quizás sea El Tribunal de
las Aguas que desde la edad media ha solventado los conflictos entre los
regantes del río Turia. Sin
duda que el problema del agua es uno de los más conflictivos de nuestras
tierras y donde peores avenencias se resuelven entre los agricultores, ya de
por sí un colectivo desconfiado y tradicional donde los haya. Acostumbrados a
regar cuando les apetezca y sin ningún tipo de trabas, sobre todo los llamados
regantes de privilegio, no parecen adecuarse a los tiempos de sequía que
sufrimos y por ende, recelosos de los nuevos sistemas de regadío. Y no digamos cuando el agua se utiliza como mediática arma
arrojadiza en las disputas políticas.
En estas tierras del ‘cauro’ murciano, gozamos de numerosos pozos acuíferos, así como innumerables fuentes que en otros tiempos surtían nuestros ríos y nos hacían disfrutar de su riqueza y virtudes terapéuticas para distintos órganos de nuestros cuerpos. Pero eran otros tiempos y otras necesidades. Por ello, vivimos una época en la cual hay que aprender de nuevo a utilizar racionalmente el agua, sin alegres derroches. Paradójicamente el agua cuesta más cara que el vino, porque hay que ver el agua para gourmet de precio estratosférico que se consume hoy. Y es que creemos que es más sana el agua tratada, sobre todo envasada en plástico reciclado, cuando, según expertos higienistas, el agua 'del grifo' esta mucho más controlada, sana y barata.
Otro de los graves problemas que está sacudiendo el mundo es el arrojo indiscriminado de basuras de todo tipo que evacuamos en el mar, lo que está produciendo un auténtico desastre ecológico en la flora y fauna.
No es ninguna broma, así también debemos
restringir la emisión de gases que provocan una concentración de calor, el
conocido “calentamiento de la atmósfera” que es la causa principal del cambio
climático (desastres meteorológicos, pérdidas de cosechas, subida del nivel
oceánico, etc.)
La espoleada actividad industrial, la tan cacareada sociedad del bienestar –calefacción/refrigeración-, la combustión de carbón y petróleo ha liberado en la atmósfera gran cantidad de dióxido de carbono formando una especie de techo de cristal –como una especie de invernadero- lo que hace aumentar y dejar atrapada la luz solar que en condiciones normales escaparía al espacio. Hay países que se preocupan de este tema, pero otros, entre los cuales, paradójicamente, se encuentran los EE.UU., hacen caso omiso, pretendiendo la impunidad sin temer a los efectos devastadores que ya se van haciendo notar, como los últimos huracanes en el Caribe o el Índico. Y ¡ojo al parche…! Ahora resulta que no sólo los yanquis, también España pertenece a la lista de perturbadores del llamado “efecto invernadero”, seguramente por nuestra condición de ‘país desarrollado’.
La espoleada actividad industrial, la tan cacareada sociedad del bienestar –calefacción/refrigeración-, la combustión de carbón y petróleo ha liberado en la atmósfera gran cantidad de dióxido de carbono formando una especie de techo de cristal –como una especie de invernadero- lo que hace aumentar y dejar atrapada la luz solar que en condiciones normales escaparía al espacio. Hay países que se preocupan de este tema, pero otros, entre los cuales, paradójicamente, se encuentran los EE.UU., hacen caso omiso, pretendiendo la impunidad sin temer a los efectos devastadores que ya se van haciendo notar, como los últimos huracanes en el Caribe o el Índico. Y ¡ojo al parche…! Ahora resulta que no sólo los yanquis, también España pertenece a la lista de perturbadores del llamado “efecto invernadero”, seguramente por nuestra condición de ‘país desarrollado’.
Lo cierto es que, ¡menuda herencia vamos a
dejar a nuestros nietos! Porque las previsiones no pueden ser menos halagüeñas
si se produce el famoso calentamiento de la tierra: elevación del nivel del mar
hasta 65 cm. antes de finales de siglo,
produciendo la desaparición, por un lado y la desertización por otro, de
grandes extensiones de terreno, hoy auténticos vergeles.
(NOTA:
Algunos datos extraídos de diversas publicaciones)