LA ERMITA DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE CEHEGÍN
La ermita de la Purísima Concepción de Cehegín
es uno de los monumentos más reconocidos y queridos del municipio, situada en
la colina más elevada del casco histórico y declarada Monumento Histórico
Nacional en 1980. La fecha exacta de su construcción es incierta, aunque se
estima entre finales del siglo XV, a instancias del poderoso Cardenal Cisneros,
a propósito de los cehegineros que participaron en las guerras de Oran a
principios del XVI. En los archivos históricos se observa
la presencia de murcianos, e incluso se especula que el cardenal Cisneros pasó
por Cehegín tras la conquista, aunque esto último no está documentalmente
probado.
Fue consagrada oficialmente por el
Obispo de Modrusia el 9 de enero de 1556, como indica una inscripción en el
altar mayor. Presenta un estilo principalmente renacentista, con tres naves y
un coro alto a los pies, destacando el uso de columnas toscanas y jónicas con
lacería y decoración de piña de mozárabes y estrellas en la ochava sobre el
presbiterio, considerada una de las cubiertas más valiosas de la Región de
Murcia. Así como una destacada techumbre mudéjar policromada, bóveda de
crucería octogonal de madera e inscripciones pintadas (Un magnífico ejemplo de
este estilo, que, podría encuadrarse perfectamente en las ciudades que gozan de
la llamada «Ruta del Mudéjar») Se conservan pinturas murales de carácter
decorativo en varios puntos del templo, simulando retablos o elementos
arquitectónicos mediante la técnica del arte de trampantojo.
En la ermita estuvo confinado durante 38 años
Martín de Ambel, un personaje local, tras un lance de honor en el que dio
muerte al Alférez Mayor de Cehegín; murió en 1661 y fue enterrado en la capilla
de San Juan de Letrán de la propia ermita. Ambel dejó testimonio de numerosas
publicaciones, entre ellas, «Antigüedades de la villa de Cehegín», (1660).
Capilla de San Juan de Letrán: Es un oratorio magnífico,
cubierto por una bóveda octogonal, con retratos de los cuatro evangelistas,
además de una curiosa pintura de un peculiar angelote sosteniendo la imagen del
Cordero Pascual (con un sorprendente detalle, calza unos zapatos), y contiene
la tumba del citado cronista Martín de Ambel, personaje singular que permaneció
aislado durante 38 años en la ermita.
Altares
laterales: Otro de los altares laterales preservados, de gran presencia histórica y artística: El Altar de los Quirós y Carreño. A lo largo de las naves laterales se distribuyen pequeños retablos,
donde originariamente hubo imágenes y devociones particulares. En conjunto, la ermita de la Purísima Concepción destaca sobre todo por
su artesonado mudéjar, las pinturas murales, sus capillas (especialmente la de
San Juan de Letrán) y una serie de retablos históricos y altares secundarios
que han sobrevivido a lo largo de los siglos.









