LA FUENTE DEL ABAD
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Montes del Abad |
Si les gusta pasear por la Vía Verde, en estos días que se avecinan pueden contemplar un paisaje singular por los parajes vecinos a las ruinas de Begastri, dirección El Escobar. La esbelta silueta del puente de la Vía donde discurre tranquilo el cauce del Quípar nos sobrecoge, añadido al misterioso Begastri, hoy en total fase de exploración con intención de conseguir un lugar de visitas para los curiosos de la arqueología y de paseo para los amantes de la llamada “
ruta del colesterol”.
Pero dejemos este tema para otra ocasión y contemplemos el mar de olorosas florecillas que se desparraman por los montes de la zona, sobre todo la flor de cuaresma que resalta exultante por las orillas del camino. Es el morado, el color de la Cuaresma, que aflora por nuestros ubérrimos ribazos en estos días primaverales y expanda el aroma de sus florecillas violetas, son casi las únicas escogidas para las pompas religiosas en estas fechas de luto y tristeza pasionaria. Los poetas andalusíes hablaban de la violeta como…
"alas de mariposa teñidas con moras de jardín", o le encuentran un parecido con las huellas de un mordisco en la mejilla o… “
en el seno de la bienamada". Y es que el color es difícil de describir y a veces se confunden violetas y pensamientos moraos.
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Florecillas de Cuaresma. |
Muy cercana, ubicada en la antigua diputación, hoy pedanía, del Escobar, y enclavada en un precioso marco natural, encontramos el paraje de la Fuente del Abad. Aunque el origen de este topónimo no queda muy claro, es posible que tenga que ver con el clérigo Diego Hernández Partal, que vivió en el siglo XVI, conocido popularmente como el abad Partal. En torno a la fuente, quizás en la Edad Media, se formó el cortijo, conocido del mismo nombre, y la finca, que se sustentaba con el abundante agua que manaba de la alfaguara y ahora prácticamente convertida en terreno montuoso. La casa estuvo habitada, como la mayoría de cortijadas del Escobar, hasta entrado el siglo XX, en que ya se abandonó.
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Brocal de la Fuente del Abad (Al fondo el cortijo). |
Normalmente, en el siglo XIX, sus habitantes fueron familias de colonos que quedaban con la finca en régimen de arrendamiento. En el año 1936, como se observa en algunas fotografías, se arregló y canalizó la fuente. También, junto a la casa y la finca pasaba el conocido como camino de la fuente del Abad, hoy prácticamente destruido en el tramo que discurre desde “
Los Pantanos” hasta la vía verde, antiguo camino ferroviario, aunque aún se puede reconocer su trazado. Verdaderamente es una asignatura pendiente la recuperación de este antiquísimo camino público, quizás como ruta de senderismo, por lo bello de su trazado, ya, casi inexistente. Comenzaba en el Puente de Hierro y terminaba en la Ermita del Escobar. Además de por la Vía Verde a la altura de los caseríos del Escobar, también se puede acceder por el camino de servicio, a la izquierda de la autovía del noroeste, dirección Murcia, cuesta abajo por una pedregosa senda.
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Brocal de la fuente en el pequeño depósito. |
Como suele ocurrir en casi todos los casos, el topónimo Fuente del Abad, fue derivando por el vulgo a la denominación de ‘
Fuentelavar’. Un buen lugar este paraje para perderse un rato, sin duda alguna.