BARRIADA DE "LAS RUEDAS"
Callejón del paseo (abajo Las Ruedas).
(A la derecha casa de las Espiritistas).
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El otro día hablábamos de la calle Cirugeda y siguiendo un anárquico itinerario, allí cerca también tenemos otro lugar venido de la voz popular: Las Ruedas, la columna vertebral que desciende desde el callejón del paseo, donde moraron las conocidas “Espiritistas, aquellas encantadoras señoras solían leer el porvenir a las chicas enamoradas, (por cierto recuerdo a su sobrino Antonio Figueroa Egea, compositor y arreglista musical, que adquirió cierta fama por su canción "¡¡Qué, Qué bueno!!"..., que en 1965 representó a España en el festival de Eurovisión en Nápoles, interpretada por la actriz y cantante Conchita Bautista) por cierto con poco éxito.
Esta calle, oficialmente
denominada calle Diego Chico de Guzmán, ubicada justo en el trasero de los palacios del Ayuntamiento
(Casa Jaspe) y del Conde de Campillo, donde convergen varias vías: (los Poyos
de Castellanos, la calle Saliente, Fortuna, y Zafra) y Eras Altas, por aquí
vivieron los “Nogueroles”, familia de notables músicos, entre ellos destacan
Juan Noguerol que ascendió hasta capitán de la Guardia de Asalto, además se
recuerda a los sobrinos Antonio, violinista-trombonista, a los resobrinos Amado
y Celso y al extraordinario fliscorno Antonio y el notable bombardino Juan, además
de sus hermanos Martín y Ricardo, amén de los descendientes, una pléyade de
instrumentistas que heredaron estas virtudes musicales de generación en
generación. Todos ellos y algunos más, pertenecieron a los populares “Trece
Negros” un conjunto musical (coro de procesión) que escoltaba a la Virgen de
los Dolores en las procesiones de Semana Santa.
Así mismo en esta calle el notable artista Nicolás de Maya disfruta de las vistas privilegiadas que regala su morada en la casona que vivió 'tiempo ha' la familia Valero Elbal. También vivió entre tantos conocidos cehegineros, un diestro albañil Adolfo 'el Amasijo', y tantos otros vecinos distinguidos.
Y hace unos años el conocido periodista y político Eduardo Sotillos, adquirió la parte trasera de la casa-panadería de la familia de los 'Quintos', para uso vacacional.
Por esta rampa, cada cuaresma derraman sus rezos los penitentes del antiguo Vía Crucis de la cofradía de 'Los Moraos' y allí aun perfuma el entorno un horno moruno,
donde elaboraba el pan la familia de los Quintos, junto a aquel viejo negocio ya extinguido:
La Carbonería de Miguel Ruiz ¡cuánto luchó aquel hombre vendiendo jabegones de carbón!, y también al por
menor a las amas de casa que solían guisar en unos forneles donde se introducía
el carbón y una vez encendido guardaba el calor mucho tiempo. Era un oficio
ennegrecido, pero imprescindible para los hogares de la clase media, ya que las
clases humildes no alcanzaban en su economía para adquirir semeja combustible.
Siguiendo con esa pequeña barriada de “Las Ruedas”, su
apelativo nos hace intuir que los hiladores asentaban sus instrumentos de confección
de las hilaturas para la industria alpargatera que tanto auge tuvo en cierta
época ceheginera.
Así que, aquí tenemos otro nombre emanado de la
tradición oral seguramente ignorado por muchos cehegineros.
Fuentes: Tradición oral y archivo municipal.