Desde mi Buhardilla Mesonzoica
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domingo, 1 de agosto de 2021

CALLE MAYOR DE ABAJO Y SUS ALEDAÑOS

 

CALLE MAYOR DE ABAJO Y SUS ALEDAÑOS

 


Seguimos con nuestro placentero recorrido histórico por el monumental ‘Casco Antiguo’ ceheginero: nos situamos en la Calle Mayor de Abajo, descendemos por la Cuesta de los Herreros, y después de interminables recovecos llegamos al Poyo Colorao, casas antiquísimas, (algunas huérfanas de sus moradores que antaño buscaron mundos mejores), donde aún pueden apreciarse detalles que atestiguan su longeva historia, como una placa mamposteada en una fachada junto al Huerto de la Orden, que indica: “Fecha de construcción: 1672”. Una de las entradas naturales del viejo Cehegín, donde El Mesón Viejo refrescaba los gaznates de los labriegos que regresaban sedientos de sus labores. Denominado así, evocando un antiguo mesón que ofrecía comida y fonda. Martín de Ambel lo menciona en sus historias locales del siglo XVII, como "El Mesón de la Herradura, seguramente por el tránsito de esta clase de animales por aquel lugar. Asimismo fue muy popular "El Sotanillo de las Maravillas" frente a un estanco que servía ‘humo' en forma de cigarrillos... (Entonces fumar era un placer)

Izq. a drch: Mesón Viejo; calle la Orden, Poyo Colorao

Desde este antiguo enclave iniciamos el recorrido de la calle Mayor de Abajo, ronda de tabernas, como la del tío Roque, donde corría el vino y el cante, entre tarantos y soleás, recordemos a los Roques y a los hermanos Periquichi; o la del Tío Manolillo -según contaban nuestros mayores, fue muerto, con una escopeta de caña, por los hermanos “Iguales”, por negarse a servirles más vino fiado…, el pobre Manolillo padecía del corazón y del susto ¡Puuum...! se quedó tieso; otro pequeño figón era el del Maestro Saavedra -decía los viejos del lugar que abrieron el negocio, y todo el que llegaba bebía 'fiao': “Te pagaré cuando cobre el jornal…”-. Cierto día, un cliente pidió una copa de anís, se la bebió, pagó y se marchó… y el tabernero le anunció a su señora: "¡Por fin uno que ha pagao…! Échame a mí una copa de aguardiente…"- y le entregó la peseta cobrada al cliente, entonces la mujer, reclamó: “No voy a ser menos, sírveme a mi otra…”- bebió, y le devolvió la peseta, y así, una consumición tras otra, hasta que acabaron la botella de anís. Al final, algo ebrio, dijo el tío Saavedra: "¿Pa’fiao quién es antes…?" -y cerrando la taberna, se fueron a echar la siesta…. Otro singular tugurio fue el Cafetín de Macanches, contaban, que los clientes se servían ellos mismos y luego pagaban lo que consideraban correcto; otros oficios poblaban esta significativa avenida: los panaderos Reondos; algún prestamista; comestibles; varios hornos: entonces eran corriente que los ciudadanos los usaran no solo para el pan, además sus asados o dulces en Navidad; y una antigua escuela, frente al Jardín del Pato, llamado así por tratarse de un recoleto jardincillo con una fuente en forma de pato. Lugar conocido, además, como la ‘Esquina de la Virgen’, donde se halla una hornacina con una preciosa imagen de la Virgen, cuidada con extraordinario mimo por la dueña del inmueble, a la cual se le atribuyen diversos milagros como abogada de las preñadas, con el fin de un saludable embarazo y posterior parto.


Hay viejas leyendas aludiendo a esta advocación, según el escritor Francisco Ortega Bustamante, en su publicación ‘Cehegín, Magia y Misterio’: … esta tradición oral viene de más de 300 años, y cuenta que nació de una ‘piedra preñada’ -o sea una piedra que sobresalía en la fachada donde fue ubicada el nicho con la pequeña virgencica-; así mismo, también cuenta, sobre unos jóvenes que fueron llamados a filas, durante la Guerra Civil, ellos apelaron a la Virgen para librarse del frente y como no fue así, ellos enfadados, con gritos blasfemos, le lanzaron piedras a la citada hornacina, sin ocasionar daño a la imagen. Pero los jóvenes sí que perecieron en el frente.

Hornacina con la Virgen de la Esquina

Sobre los años 70 del siglo XX, se solía celebrar unos festejos en honor de la Virgen de la Esquina: Pasacalles, Verbenas, Tambores y Cornetas Concurso de Migas, Cucañas y Carrera de sacos, todo ellos organizado por los vecinos esta barriada.

Pero sigamos nuestro periplo y torciendo a la derecha nos acercamos al veterano barrio de El Coso, corazón de una colmena de estrechas callejuelas. En los tiempos de pujanza de la industria del cáñamo, eran necesarios transportes de envergadura, lo cual motivó el trazado de una calle alternativa, debajo de los antiguos soportales de la Plaza del Castillo y de la calle Nueva, denominada ‘de las Carnicerías’, hoy bautizada como calle Ambel e integrada felizmente en lo que fue un ejido, hoy remozado con un interesante proyecto: un jardín-auditorio al aire libre, ornamentado con una mixtura de planta y flores, plantado en una sucesión de caminos serpenteantes, donde se ha creado la misteriosa historia del “Jardín que produce agua”, con un innovador sistema de autorriego. Alrededor se cobijan diversas travesías sobre el ’Jardín del Pato’: Consuelo, Céspedes, Juan de Gea, al final de la Cuesta de los Herreros, antigua y concurrida cuesta que abraza la zona norte del Coso.

Si continuamos nuestro paseo por la calle Mayor de Abajo, contemplaremos hermosas casonas decimonónicas como la casa de Teresa Piqueras, -hoy casa rural-; de Juan López -empresario aceitunero y de la alpargatería-, en otros tiempos diversos comercios y negocios, como la trapería y almacén de loza de Rafael Espinosa, y casi al principio de la calle la hermosa mansión de Paco Carreño, emprendedor empresario de alpargatas y conservas de fruta. 

Cuesta Moreno y Mayor de Abajo

Y ya nos topamos de frente con unos de los templos más antiguos de la localidad: la pequeña Ermita del Santo Cristo de la Sangre, numerosas veces reformada y cuyos retablos, elaborados por el retablista lorquino Agustín López. Algunas imágenes y enseres fueron prestados a la Iglesia de la Magdalena, para sustituir a los destruidos en el incendio sufrido en la Guerra Civil. El Santo Cristo es un precioso templo con una portada barroca de mármol rojo y gris, ofrenda de nuestras montañas, construido en el siglo s. XV. 

Mayor de Abajo -al fondo Sto. Cristo-

En esta pequeña capilla se instalaron los primeros franciscanos al llegar a esta villa, allá por el siglo XVI. Posteriormente y debido al estado ruinoso de la ermita, los propietarios colindantes se anexionaron algunos salones de la ermita, hoy habitaciones de la casa-fábrica de otro próspero empresario Felipe Peñalver, que asimismo fue alcalde de la localidad. Hacia la izquierda se halla la cuesta del Sto. Cristo, antiguo camino viejo de Cehegín, terreno ocupado antiguamente por los rentistas. Al inicio, estuvo ubicada la panadería de Guirao, y la casa de un personaje popular, repartidor y siempre dispuesto para colaborar, Alfonso Peñalver "el Gordo de la Pavica" y seguidamente las viviendas de la familia Corbalán. Más abajo nos abocamos a la zona moderna, barrio de S. Cristóbal, la Gran Vía y a las pedanías.

Ermita del Sto. Cristo -izq. Cuesta del mismo nombre y drcha. calle Tercia.

Como observamos nuestro vetusto pueblo posee interminables caminos con historias y leyendas que nos hacen bucear en los archivos y la tradición oral. Por ello, prometemos seguir publicando nuevas rutas.

FUENTES: Tradición oral, diversos investigadores, fotos del autor y de div. archivos.

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