DIA INTERNACIONAL SIN
COMPRAS
(24 noviembre)
Vaya faena que ha inventado la llamada Sociedad
del Bienestar, con esto de los “días internacionales de algo”. Aunque el “Día
internacional sin compras”, parece ha quedado en el olvido, ¿por qué
será…? Ni siquiera lo han mencionado en las Televisiones. Resultaría paradójico hacer
propaganda de una jornada con ese nombre, cuando nos bombardean a diario con lo contrario...
A
lo largo del año hay diversos días señalados para las más peregrinas
celebraciones, no pasa día sin que se declare
algún nuevo evento. Es curioso que la "Jornada Internacional sin Compras" se celebre en la misma fecha que el “Blas Friday” (Viernes Negro), como un recordatorio de que no necesitamos “tener cosas”. ¿Cuándo fue la última vez que pasaste un día entero sin comprar nada? Este evento es una protesta contra el consumismo que los organizadores consideraron
necesario en nuestro loco mundo, tratando de llamar la atención sobre el problema
del consumo excesivo. "Nuestra cultura consumista está fuera de
control". Con esta afirmación comienza la campaña de movilización.
Esta
iniciativa tiene su origen en 1992, en Canadá. Un trabajador
del mundo de la publicidad -Ted Dave- fue quien desde su lugar
de trabajo lanzó la idea contra el constante bombardeo del consumo masivo. Su
lema fue: “lo bastante es suficiente”.
Desde entonces cada año son más los países que se suman a esta idea. Este año,
activistas de numerosos países, incluido España, se unen al proyecto. Así
se expresa un joven amigo, ejecutivo de una multinacional, harto de la vidorria
madrileña y de su entorno consumista: «Había
conseguido tener una vida estándar
modelo "full equipe" (perfectamente equipada), y en un tiempo récord. Sin embargo, sentía grandes
inquietudes debido a algunos síntomas que me preocupaban: Varias visitas
semanales al “Mark-Media” (tienda de ‘gadgets’ -artefactos sin tasa- por excelencia), así como a las
grandes superficies comerciales; fantasear con coches que podría llegar a
comprarme; y sin embargo, nada me hacía más feliz que pasar quince días en el
campo, en los que normalmente apenas veía la televisión y sí estar mucho más
cerca de la familia y de los amigos».
Ni
mucho menos es la intención desterrar las compras, lo cual sería imposible,
pero sí es reflexionar sobre este tipo de adicción en que puede convertirse el “ir de compras” y el consumir
desaforadamente a todas horas. Se puede ser feliz sin tanto derroche, vivir con
cierta frugalidad y creatividad. ¿Por qué no intentarlo al menos un día al
año…? En
algunos lugares con motivo del “Día de
no comprar” se organizan festejos y otras “movidas” callejeras.
La
fundación estima que en la convocatoria del año pasado participaron un millón
de personas en todo el mundo -claro, fue fácil, es que estábamos confinados-. Entre las
acciones emprendidas hasta el momento figuran el reparto de material
propagandístico, la apertura de comercios sin ningún producto a la venta (por
un día) y la inutilización pública de tarjetas de crédito además de la
movilización a través de la Red y de la lista de correo (‘Cultural Jammers’). Como
introversión puntual de cara a las festividades navideñas, los autores de la
campaña aconsejan buscar alternativas al exceso consumista, por ejemplo, "colaborar
con asociaciones caritativas" o "gastar tu tiempo, no tu dinero",
con los seres queridos.
Así,
la Navidad y el ir de compras han convertido nuestra sociedad de
consumo en actividades complementarias, cuando no sinónimas. La publicidad se
ocupa de hacernos ver la necesidad de participar en estas fiestas, de
convertirnos en protagonistas de los acontecimientos, como si fuésemos actores
de una comedia con “japi-end” (Final feliz). Se
nos trasmite la idea de que, si no participamos, somos insolidarios, egoístas,
aburridos, en definitiva, aguafiestas. Y, ¿Cuál es la mejor forma de
participar?, muy fácil, consumiendo, comprando.
La
lista de compras navideñas imprescindibles resulta, cada año, más exhaustiva:
alimentos para comidas y cenas extraordinarias, bebidas, loterías, adornos para el hogar, ropa y complementos para lucir los días más señalados, regalos para todos, juguetes, fiestas, conciertos y demás saraos..., ya no
basta con la ilusión del día de Reyes, ahora debemos regalar antes
y después de Navidad. A
la vez que la lista de compras obligadas se alarga, asistimos a una curiosa
anticipación de las navidades.
Antaño, la fiebre consumista arrancaba el día
del sorteo de la lotería extraordinaria de Navidad, sobre el 22 de diciembre.
Ahora la música de los villancicos se anticipa y el frenesí comprador empieza en
noviembre con los escaparates repletos de opulencia: La loca dama ‘VISA’ nos
anima a adelantar la fecha de inicio, por razones obvias.
Y el mundo gira, gira, y gira, como cantaba Jimmy Fontana hace muchos años.