Los barberos y sus barberías.
El Barbero es la persona cuya ocupación es afeitar, cortar y acondicionar el cabello. Su lugar de trabajo se le conoce como "Barbería", que era además lugar de interacción social y 'discurso público', donde los ciudadanos debatían sobre temas de actualidad mientras aguardaban el turno para el servicio.
Según el Catastro de Ensenada del año 1.755, auténtica joya histórica, en aquel año, practicaban en Cehegín el oficio de barbero ocho profesionales.
En la actualidad se les llama peluquerías
—dicen que suena más fino— pero, de toda la vida se les conocía como barberías. Estos establecimientos proliferaban
tanto como las tabernas, hemos de tener en cuenta que eran sólo para hombres y evidentemente
el trabajo más corriente consistía en el afeitado de barbas, (de ahí el título de barbería), aunque se
realizaban algunos servicios más, como: arreglo de patillas y cogote,
flequillo, recorte de pelo y el denominado servicio completo, o sea todo lo
dicho pero en una sesión. Así mismo, en tiempos pasados, ejercían desde la cirugía artesanal, pasando por sacamuelas, curanderos, oculistas de colirios para los ojos, incluso quitar el frenillo al 'preciado tesoro' de los niños. Además solían vender champús, tintes, pomadas y demás artículos para embellecer el cabello.
Algunos clientes se rasuraban lunes,
jueves y sábados, mientras que otros, en días alternativos, teniendo en cuenta
que se trabajaba incluso los domingos debido a la celebración del mercado
semanal por la calle Mayor. En Cehegín, suponemos que como en todas
las villas, las barberías eran centros de reunión donde además de arreglar el
pelo, solían 'tomárselo' a algunos, produciéndose divertidísimas anécdotas.
Numerosas barberías jalonaban la zona: en la plaza del Castillo, se ubicaban las del 'Lavao', y 'El Manías',
dos de los más tradicionales barberos; junto al callejón de doña Gabina, se
situaba la barbería del 'Maestro Churrascas', ayudado por su sobrino Rosendo Berengüi, -por cierto, entrañable amigo nuestro-; más abajo en la calle
Gral. Carreño, frente al horno del 'Zupos' estaba la barbería Samper; y más abajo
en la calle de la Unión
ofrecía sus servicios Ángel ‘el Avellanero’; ya entrando al Mesoncico, la
de José Mª Arévalo; y justo debajo de la placeta de la Barandica, al inicio de
la calle Pedro Mª Chico, se encontraba la de Federico García-Ripoll, una de las barberías más antiguas de Cehegín. En la cuesta
Moreno, había otra, regentada por los hermanos Espín, Rafael y Juan, apodados 'los Pollos', junto a la casa
de Valentina Carrasco.
Y regresamos de nuevo arriba, a la
calle López Chicheri, el tan nombrado Juan Pedro, inventor de un mágico colirio ocular, además de curandero y notable rapabarbas; Pepe el Bulí, y el otro entrañable
fígaro, Ginés López. Todos ellos, gozaban de gran popularidad entre su extensa clientela que protagonizaba las más peregrinas historietas. Y es que, además de peluquerías de
caballeros, como hemos referido antes, eran auténticos y disparatados cenáculos. En estos locales se sucedieron infinidad
de episodios, desde la fundación, en la barbería del Churrascas, de una cofradía de Semana
Santa, los 'azules' de la Virgen
del Primer Dolor, hasta organizar un equipo de futbol titulado 'Peña Bulí' F.C.
Ginés 'el Cojo' que oficiaba en la Plaza Vieja y años después se estableció frente al instituto de Cehegín ; En la Verja se situaba la barbería de José Mª Salazar, que
luego regentó su ayudante Pepe Ortega. En la calle del Convento
afeitaban a los del Barrio, José Mª 'el Ventanas', Antonio 'el Cubilo'.
Por cierto hemos leído en la revista "Guía del peluquero y barbero", publicada en Madrid entre los años 1874 al 1877, el siguiente texto: "Hemos oído hacer grandes elogios de los conocimientos que en nuestro arte, y muy especialmente en la preparación del cabello, posee nuestro compañero don Martín García Ripoll, residente en Cehegín, pueblo de Murcia. (...), visto lo mucho que sabe hacer este peluquero, aseguramos que llega a la altura de los grandes profesionales de peluquería de ciudades importantes..." (Intuimos que posiblemente este Martin, debió ser el padre de citado maestro Ezequiel).