VALENTÍN
(VALLE DEL BARRO)
Una de las más importantes pedanías de Cehegín es sin lugar a dudas VALENTÍN, aunque, ya no se puede considerar pedanía, en todo caso villa, y compartida con el vecino municipio de Calasparra. Como es sabido, según nuestro amigo y apreciable cronista Pepe Alcázar; en el municipio de Cehegín hay dos pedanías cuyo nombre comienza con el prefijo VAL, que son Valdelpino y la que nos ocupa: Valentín, de origen romano, cuya etimología es valle-lentin (VAL apóstrofe de valle y Lentin del vocablo árabe littin, que significa barro, lodo,) por todo lo dicho Valentín, podría definirse como “Valle del Barro”. Cuenta Alcázar, que un viejo del lugar le contó sobre un vecino de esta villa muy ‘pequeñuso’, que era muy valiente, y le apodaban Valentín, -en vez de valentón-, y por ello la pedanía también tomó este topónimo. Aunque esto, más bien, tiene algo de fábula.
En el intervalo de tiempo entre los siglos XVI, XVII y XVIII, Valentín experimentó una expansión demográfica muy importante, consecuencia de la puesta en marcha de nuevos cultivos de trigo, patata o vid. Esto contribuyó a que también la comarca creciera económicamente y se convirtiera en un territorio gobernado por las Órdenes Militares hasta el siglo XIX, cuando siguió un retroceso tanto económico como demográfico por las malas cosechas y epidemias, y durante la Guerra de Independencia (1808-14). en aquellos años del conflicto, el campo no fue cultivado e hicieron que las dificultades para el sustento de las familias de Valentín aumentara de manera desorbitada. El principal propietario fue Alfonso Alvarez Castellanos a quien heredó Amancio Marín y Ruiz de Assin.
La Guerra Civil Española (1936-39) y la posguerra crearon nuevas crisis en Valentín, que arrrastraron su influjo, al menos, hasta las décadas de los 50′ y 60′, lo que llevaría a muchos valentineros a emigrar a Barcelona e incluso a otros países europeos. Valentín se asienta sobre un suelo muy rico en materiales arcillosos desde tiempos remotos, esta situación forzó la aparición de una industria, cada vez más eficiente, en torno a este material tan aplicado con la propia esencia del hombre: el barro y la cerámica. Las Tejeras han hecho de Valentín un lugar conocido por sus tejas, ladrillos y losas en toda la provincia, de tal suerte, que esta fama se ha extendido por Europa. La mayor parte de la producción se exporta a Francia, Italia, Inglaterra y Bélgica.
Personajes populares del pueblo fueron el Catalán; La Frasquita; Maravillas la Persona; El Perdío; El Púa; El Ratita; El Mangui; Pepico el banquero y practicante; El guitarrista Ciller; Los Alemanes; Alfonso el Sanador; y Gregorio el Cartero. Los parajes más populares son: Ventorrillo de Luis; los Milicianos, las Tejeras; Molino Sahajosa, la Vereda; Pantano de Argos; los Tollos. los Pinos Donceles y el Llano de los Pinos.
La pedanía contaba con unos 830 habitantes en 2020, 460 en la parte de Cehegín y 370 en la de Calasparra. En sus huertas, regadas por el río Argos, se cultivan todo tipo de frutas y hortalizas de gran calidad.
En los años 60 se construyó el embalse del Argos que almacena agua para poder regar esas huertas y frutales durante todo el año, y sobre finales de siglo XX se construyó un canal que lleva el agua sobrante del pantano del Argos al embalse vecino de Alfonso XIII.
En Valentín, destaca la iglesia parroquial de San Juan Bautista con una torre de más de 30 metros con campanario y reloj. Construida a finales de los años 50, con ayuda de los valentineros y del párroco don José Escribano, fue consagrada el año 1957.
Una de las peculiaridades más
sonadas de Valentín era la Ermita Vieja, en la cual el Párroco oficiaba la misa
en Calasparra y los feligreses la escuchaban en Cehegín, ya que la línea divisoria
de ambas poblaciones pasaba por el Altar Mayor, pues Calasparra
ganó unos metros a su término municipal a partir del año 2011 dado que, el
Ayuntamiento de Calasparra adquirió esta Ermita, ya que estaba en estado ruinoso desde que en el 1936 fuera quemada, junto con sus imágenes, siendo vendida a un particular para sufragar los gastos de construcción de la nueva, utilizándose durante años como cochera y pasando en la década de los 80 a ser protegida como Edificio incluido en el Catálogo Monumental de la CARM, transformándola en Centro Cultural, lo que hizo que se modificaran los términos
municipales en aumento para Calasparra y en detrimento para Cehegín, puesto era
incongruente que Calasparra tuviese un edificio de su propiedad en otro
municipio. Esta rehabilitación fue un acierto, recuperandose el edificio con más historia de la Pedanía, pues data del siglo XV; según el Archivo Municipal de Calasparra a partir del siglo XVII, en Protocolos Notariales se dejaba dinero para sufragar los “reparos en la ermita del Señor San Juan Bautista, sita en el pago de Balantin, término de esta Villa“. Otro ejemplo es el testamento que hizo en el año 1728 D. Juan López Rosillo, presbítero de la Villa de Calasparra, en el que se dice: “Declaro se me están debiendo por algunos vecinos de Balantín unas misas del tiempo que fui capellán de su ermita, las que constan en mi libro o memoria que tengo de ellas…”
Las
fiestas de Valentín se celebran para su patrono San Juan Bautista (24 de junio)
y se prolongan hasta el día de San Pedro (29 de junio), donde se corren
vaquillas por las calles de Valentín y se organizan encierros desde el otro
lado del río, hasta el pueblo.