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sábado, 27 de enero de 2018

AGUSTÍN DE QUIRÓS

AGUSTÍN DE QUIRÓS.



Nos situamos a principios del siglo XIX, y los franceses afloran como hormigas del hormiguero en primavera por todas las naciones europeas. El Emperador y sus Bonapartes mandan en Nápoles, en Holanda y pronto también en Westfalia. Y también lo intentará en España, aunque Napoleón ignora que aquí se inventó una técnica guerrera desconocida, y le cogerá con sorpresa, es la Guerra de guerrillas, unos intrépidos hombres camuflados que fueron la pesadilla de la soldadesca gala.
En este contexto, el licenciado don Francisco–Agustín de Quirós, abogado de los Reales Consejos, está sentado en su despacho de Cehegín esta fría mañana. Antes asistió a la misa en la parroquia mayor de Santa María Magdalena, y cuando salió, se detuvo un rato en el bello pórtico del castillo ceheginero, observando su decadente estado, ascendió por los grandes escalones y comprobó el deterioro cada vez más agravado por los últimos temporales de lluvia y nieve acaecidos, lo que determinó dirigirse al ayuntamiento solicitando medidas contra posible desprendimientos.




Luego emprendió la  acostumbrada caminata de una hora hasta las afueras, sin rumbo, reflexionando sobre los problemas de la vida. Al regreso, pasaría por la rebotica de la calle Mayor donde se reunían los prebostes locales a comentar las escasas noticias locales.
Ya en su casa siguió copiando lo que sería el primer padrón antiguo de Cehegín en aquel año 1806, de hijosdalgo y pecheros, formado según las ordenanzas de los Reyes Católicos, donde se demuestra la hidalguía: -“… datos sacados de documentos antiguos…”- Una labor que solo encuentra placer aquel que ama los antiguos papeles que hablan de la vida de las gentes, firmados por el Rey. Pero de qué rey… ¿Fernando....? Si aún no era más que el príncipe Fernando de Borbón... – el rey era Carlos IV, y es que don Francisco Agustín, adormilado, creía que los años no habían trascurrido y vivía años atrás.




Fue entonces cuando se dio cuenta –"¡pero si ninguno vive ya…!"- Y coligió que cuando alguien copiara estos datos, él tampoco existiría. "Esta copia es de una probanza redactada por el licenciado Rodrigo Carreño, referida a su hidalguía en unos autos de ejecución en el año 1585 reinando Felipe II..." 
Y es que el licenciado Quirós poseía una extraordinaria memoria y recordaba todo el vecindario de Cehegín hasta el 1800. Por ello muchos iban a consultarle fechas y otros sucesos de Cehegín y de España. 
Don Agustín, siguió con su laboriosa tarea de copiar lo sucedido antaño: -"Cuando se redactó este padrón Bartolomé Colón acababa de fundar Santo Domingo en las Indias..."-, rematando el documento con los nombres de los testigos: Hernando de Jerez, vecino de Caravaca, Alonso de Ávila, vecino de Cehegín y García Hernández, único clérigo de Cehegín, junto con Alonso de Castillo, Juan Barrionuevo y Alonso Ruiz de Palma.



Como cada día
, al atardecer, el Licenciado terminó su faena y guardó con extrema delicadeza, entre otros legajos, la copia realizada del padrón de aquellas primeras gentes conocidas por sus nombres en el tiempo pretérito de Cehegín, y se fue a visitar a su amigo Alonso de Góngora.

(Algunos datos recogidos en diversas fuentes y publicaciones).
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