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miércoles, 9 de mayo de 2018

BASURA ME VOLVÍ.

“BASURA” - (CON HUMOR) -

"Y yo también me confundí, cuando te vi, basura me volví."
(Los Panchos).


Desde no hace mucho tiempo la palabra ‘basura’ se ha instalado cómodamente en nuestra existencia.
Por culpa de la TV y la dichosa ‘programación basura’, ciertos sociólogos de ‘élite’ están llenando sus bolsillos, además de algunos hombres públicos y también ‘mujeres públicas’, insultando con vileza la inteligencia de los sufridos televidentes, que en vez de padecerlo, gozan cuando les aplican el lavado de cerebro con ese mercado de verduleras donde se exhiben las más impúdicas vergüenzas, y no nos referimos precisamente a las carnales.
Pero no sólo en los ‘mass media’ se polarizan esas peculiares bolsas de ‘basura’. En otras esferas también se capitaliza esa práctica ‘basurística’. Si no, obsérvese cómo hemos llenado de contenedores nuestras calles. Y ya pueden sugerir las autoridades que seleccionemos las sobras en distintos receptáculos para su posible reciclaje, pues nos haremos los tontos salvaguardando nuestra comodidad. -“Bastante esfuerzo ecológico realizamos a diario”- reclama mi compadre Faustino el Caballo. Hasta en la actividad alimentaria, el vocablo ‘basura’, obtiene gran éxito, sobre todo en las cadenas multinacionales hosteleras donde la "fast food" (según algunos traductores: ‘comida basura’), provoca una auténtica catástrofe en la higiene alimenticia de la sociedad de consumo.

Comida "basura" -Fast food-

¿Qué futuro dietético le espera a nuestros jóvenes, si centran su dieta alimenticia en una explosiva mezcla de fritorrios, pizzas, hamburguesas y batidos, eso sí, con 'gadgets' y demás regalos de valor añadido y una sonrisa de felicidad, lo cual les asegura una benévola digestión…? Y claro, ¿Cómo vamos a evitarlo si hay mucha prisa, ‘mucho quehacer’, para ir a ningún sitio, o mejor dicho: para morir de aburrimiento…? 
Los médicos recomiendan huir –como si del diablo se tratara- de las grasas saturadas, bollerías industriales; de los chocolates sucedáneos; los helados elaborados a base de grasas hidrogenadas y tantos otros alimentos ‘modernos’. Y por su fuese poco, en los últimos tiempos, una nueva fauna de "chef" invade la gastronomía, con indigestibles maridajes adornados con extraños apelativos, que le infieren un carácter seudointelectual en sus recetas, lo cual aprovechan para cobrar precios astronómicos -pero claro es la moda-. Y es que la sociedad de las prisas y la comodidad han sustituido la comida sana por esos menús rápidos relegando los tradicionales platos de nuestras abuelas: las comidas de cuchara –potaje de verduras frescas, olla de apio, arroz con conejo y a menudo una hincheta de frutas- todo un valioso carrusel gastronómico a base de ese privilegiado tesoro mediterráneo y que tanto recomiendan los endocrinos: la cacareada dieta mediterránea que casi nadie sigue, por que si no… ¿Cómo demonios sufre tanta gente problemas cardiovasculares, de sobrepeso, diabetes, colesterol, etc., si no es porque se consume mucha ‘fast food’...? (¡Cómo nos contagian su idioma estos insufribles angloamericanos!)
¿Se acuerdan cuando molíamos el café en grano o nos proveía la leche recién ordeñada el cabrero?..., hoy es inviable. Ya nos venden el café, -¿he dicho café…?- mezclado y molido y la leche hemos de consumirla con bífidos o como diablos se llame y con UHT o algo así, esterilizada e higienizada para no tener que hervirla. ¡Para entretenimientos estamos! Y así, tantos y tantos alimentos. Pero eso sí, que contengan el famoso Omega 3.

Comida familiar -sin prisa-
Pero ningún facultativo aconseja lo que en verdad sería la solución a tanta insensatez: gozar de una comida auténtica casera, con su correspondiente sobremesa sosegada con conversación incluida, sin apresuramientos, y es que nadie reclama la pausa, todos vamos achuchados por el despertador. No sé que ocurre pero le faltan horas al día. Ya lo decía Perico Picón: “Al paso que vamos, pronto necesitaremos días de 30 horas”.
Aunque acaso los ‘desperdicios’ que más daño están ocasionando, sobre todo a nuestra juventud, son los llamados ‘Contratos Basura’, otra perífrasis ‘basurística’ que va a mantener hipotecadas durante toda su vida a varias generaciones de currantes.


Y finalmente, cómo olvidar otros ejemplos de basura que también se amontonan en los rincones de este extraviado mundo: poderío, fanatismo, guerras, terrorismo, drogas, torturas, pederastias, manipulaciones, bulos 'a manta', abuso, simonías, robos… y por si fuera poco, pronto dará qué hablar otro prototipo: ‘la basura espacial’, evacuada por los satélites artificiales perdidos por el espacio.
El vocablo ‘Basura’ está de moda. Debe gozar de algún oculto atractivo. Se podría sugerir el lema: “Ponga basura en su vida.” 


A fin de cuentas, con esta morfología terminaremos todos. Y es una lástima, porque estamos matando al vendedor de rosas. De cualquier manera no seamos cenizos y mantengamos latente el perfume de la esperanza.

Antonio González Noguerol-Motolite-
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