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domingo, 28 de abril de 2019

ERMITA DE LA SOLEDAD

ERMITA DE LA SOLEDAD DE CEHEGIN



Esta ermita se levantó al Oeste de la población en la barriada del Cubo, sobre un montículo abrazado por un meandro del río Argos. Antaño se decía: «Algún día se la llevará el río», por suerte, pese a tantas imponentes riadas, siempre ha topado contra sus rocosos cimientos. Data su construcción de finales del siglo XVI, cuando Cehegín contaba con abundantes cofradías y gremios profesionales que deseaban tener templo donde albergar a su patrón.
 En este caso, fue la cofradía de la Virgen de los Dolores, constituida por la élite de la alta burguesía ceheginera, la que financió la construcción de la ermita privada de su cofradía, en unos solares que pertenecían a la familia "Chamarreta". La torre está situada al Suroeste, consta de campanario. El interior está dividido en tres naves separadas por pilares cruciformes. El coro alto se sitúa a los pies sostenido por una reluciente columna central de jaspe del siglo XVIII. Interesantes retablos: el de la Ascensión de Cristo, barroco del siglo XVII; el de San Nicolás, del siglo XVI, renacentista y joya pictórica del edificio, montado ante una pintura mural rococó con una epigrafía que reza: «A devoción de D. Martín Manuel Sánchez. Año 1781». Además otra inscripción explica: «Esto se hizo a devoción de Doña María Josefa Vélez. Año 1724». 
Retablo San Nicolás
En la Capilla Mayor está el retablo de la Virgen de la Soledad del siglo XVIII, imagen de vestir de estilo barroco-rococó. 

Otros retablos existentes son el de Santa Bárbara y San Francisco Javier, y el del Santo Sepulcro, todos ellos del siglo XVIII (este último, felizmente remozado y entronizado con la nueva imagen austera de la Santísima Virgen María).
El ábside mira hacia Oriente, -lugar donde se desarrollaron los episodios del Nacimiento, Vida, Pasión, Muerte, y Resurrección de Cristo y donde están las principales reliquias de la Iglesia-, de modo que la luz de la mañana ilumine el altar mayor.
VELATORIO CRISTO YACENTE
Como muchos sabemos, en este antiguo templo se suelen celebrar diversos actos de la Cuaresma y Semana Santa: Las populares Novenas –septenario de los Dolores de la Virgen-; el Pregón de Semana Santa; e incluso, en los últimos años “El velatorio del Cristo yacente”, previo a la salida de la solemne procesión del Santo Entierro. Al final del cortejo, desde la iglesia Mayor de Santa María Magdalena, se inicia el desfile de penitentes con el Santo Sepulcro, portando carracas de ultratumba, hasta esta iglesia de la Soledad para ser depositado en su capilla. La Soledad siempre fue cobijo penitencial y musical, donde se sigue escuchando la música más solemne jamás escrita y marchas de procesión emblemáticas, como por ejemplo: MATER MEA o JESÚS PRESO, que aquí podemos escuchar
Desde la Soledad, podemos realizar un recorrido por las calles adyacentes a la vera del Argos, en pleno Cubo: Morericas que abraza el contorno de la iglesia; la recóndita Tahona, donde la acequia sirvió de cuarto de aseo de los vecinos, seguimos calle abajo y al fondo: Cervantes y Colón que se acercan al río aspirando de cerca las riadas, o Quevedo y San Sebastián, justo debajo del Alcázar, como evidencian sus nombres, antiguas rondas que bordean ese magnífico cabezo que es la fortaleza ceheginera. 



Y lamiendo las laderas" El Cubo" que contempla eterno nuestro atávico río Argos, antaño cabrilleante con caudal de diáfanas aguas, donde en aquellos asfixiantes estíos, los jovenzuelos nos capuzábamos en las vaeras y sus refrescantes remansos.
(Nota: Algunos datos recogidos de diversos archivos y publicaciones)
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