BARRIADA DEL ARBOLLÓN
El “Arbollón” se sitúa en el corazón de la Plaza de los Alpargateros y la calle del mismo título, pegada a la recoleta placeta de los Cuatro Cantones, y, como bien indica su nombre es la zona adonde concurrían las
diversas aguas de lluvias y demás desagües de la ladera noroeste de ese gran
montículo que es el Casco Antiguo de Cehegín, una de sus zonas más antiguas donde diversos 'goterones' beben las escurrimbres del lugar, como el del Cubo, o el
de la placeta de Pinatos…
Placeta de Pinatos |
(Dice la voz del pueblo, refiriéndose a la persona glotona: “Traga
más que el goterón de la placeta Pinatos”).
Arco de la plaza del Castillo. |
Iniciamos
nuestro periplo por el Arco de la plaza del Castillo y nos encaminamos a la derecha, por la calle
de Esteban Zarco (antigua Cuatro Cantones), un arco de la muralla, preside la “Puerta de Caravaca”, torreón macizo de la época musulmana, al que se le abrió una puerta en el s. XV, con una supuesta
hornacina, seguramente cobijó de alguna imagen. Por estas callejuelas observaremos numerosos arcos que sostienen estas ancestrales murallas. Según datos de nuestro amigo y cronista de la villa F. Jesús Hidalgo, junto a ese "Arco" estaba situada una de las primitivas boticas de Cehegín y el "Postigo de los Asnos", un curioso topónimo, que parece fue un lugar para estacionar estos cuadrúpedos.
(En lo más estrecho de dicha
calle, mi amigo ‘Salibaila’ (D.e.P.) guardaba celosamente un pequeño museo de
antigüedades en una viejísima casita). Por allí discurre la zona más antigua de
la iglesia renacentista de la Magdalena, en uno de los sillares procedentes de Begastri destaca una inscripción romana, que dice así: «M. FULVIUS
FLACCUS M.L.I.F. HIC SITUS EST «MARCO FULVIO FLACO - LIBERTO DEMARCO-AQUÍ ESTÁ
SITUADO (ENTERRADO).»
c/ Esteban Zarco. |
Desde algunos puntos se puede otear la barriada del Cubo en el fondo del despeñadero, mientras revoletea una alegre pandilla de vencejos y golondrinas, en la distancia se distingue el macizo Puente de Piedra; la Vega Alta del Argos; y en lontananza la vecina ciudad de Caravaca.
Calle Alpargateros |
Antaño, fue un punto de reunión de la faena de numerosos alpargateros en la época
dorada del gremio. Sus calles medievales (estrechas, sinuosas y empinadas), nos
recuerdan siglos de historia y vida. Nos tropezamos con calles que se amontonan como una colmena:
Pintor Pascual; Polo Medina, Clemencín, y la calle de Sta. María Magdalena
donde aún se conservan pasos elevados y restos de la muralla del Castillo de
Cehegín.
Si atajamos
por la Cuesta de la Iglesia, su mirador nos invita a la contemplación del maravilloso panorama de las hoyas del Argos y su vega, Las Caballerías y los floridos mares de plástico de Canara. Viejos recuerdos nos asaltan al contemplar la Academia San 'José de Calasanz', dirigida por el viejo maestro y periodista Salvador Piñero
"Salpife", que tanto nos enseñó, sobre todo a ser personas de bien.
Al final de la cuesta llegamos, así mismo, a la citada plaza de los
Alpargateros, junto a lo que fue la morada de la Srta. Evangelina, no hace
mucho, aun podíamos apreciar su antiquísima reja de buche de paloma, símbolo
del arte de la forja local y algunos de los famosos aleros de Cehegín, por
desgracia todo ha pasado a mejor vida, merced a los años y la inclemente
picota.
Parroquia Sta. Mª Magdalena -Puerta principal-
Desde la ladera del cerro, en la parte Norte del pueblo, al final de la calle El Pozo, sobre la 'Peña del Judío', vemos otro torreón recientemente restaurado, conocido como «Cueva de la Encantá», fue una «torre ciega» maciza, de planta cuadrangular, fabricada con técnicas de albañilería árabe, y sirvió para defender un pozo que suministraba el agua a los moradores de la alcazaba, denominada «Torre del Ladrón de Agua».
Torreón del Ladrón de Agua- Cueva de la Encantá |
En esta parte del Alcázar, podemos contemplar
maravillosas vistas el huerto del Rey, y los puentes del Santo, y enfrente los
cabezos que aun encierran en sus entrañas restos del hierro de la famosa ‘Mina
Carlota’. Uno de los célebres cuentistas
cehegineros fue el Tío Mantas que entre tantas historietas, alarmaba a los
alpargateros: "¿Sabéis que el coche de línea se encuentra colgando del
Puente Santo a punto de caer al río..?" Cuando todo el vecindario acudía
al Alcázar a contemplar el accidente, el tío Mantas pensó: “Mira que si fuese
verdad y salió disparado a ver su fabuloso embuste.”.
Hoyas del Argos y Cabezo de la Mina Carlota |
Podemos visitar calles como la de Julián Romea o Marmallejo (¡qué enigmático y bello topónimo!), donde aún se conservan balcones tallados en madera. Y numerosos rincones como el del Tobalo que aseguraban tenía duende. Son tantas las historias de aquellas esquinas retorcidas del hambre vieja, que se haría interminable este relato: Acaso sean todo leyendas, o tal vez no, pero sí puedo asegurar que fueron muchos los personajes grabados en la memoria de mi niñez: La Tía Colorá, la Tía de la Sierra la Puerta, el Tío Menchas, el maestro Chupillas, el tío Bastidas, Manuel Afeitagatos, Pedro el Risicos y la Tia Clofé, el tío Godepe y la tía Bartoleja y otros, de los cuales contaremos estas y otras historias.
Calle Alpargateros - Peñicas |
Son caminos
de tango y mostrador, tabernas como "La Puñalá" o "El Chaparro"
o la del "Tio Manolillo", especialistas en el "Truque" y
"Echar la Cinta..." Sin duda, estas calles encierran pintorescas
leyendas y fantásticos cuentos, de místicos y aventureros, poetas y guerreros,
así es nuestra tierra y nuestra España.
Plaza Castillo -Apartamentos Muralla y torre Magdalena
¡Ay, Torre
de la Magdalena!, cuando suena tu campana, nos habla del corazón, con sones de
tradición de nuestra hermosa villa murciana.
Y es que Cehegín tiene duende… Así lo recitaba el
entrañable poeta y confitero, Ramón García-Ripoll: “Por el Rincón de Tobalo la
luna caracoleaba / y del río Argos subía la serenata del agua. / En los
Sotillos del Glorio, dulce ruiseñor de plata, / de un estuche hecho de brisas
sacaba su flauta mágica… //... Por el rincón de Tobalo la luna se derramaba, / y
por todo el Marmallejo cruza la Virgen de Fátima…”
Calle Romea y Cuesta Tobalo |
¿Sabían,
amigos lectores…, que en algunas casonas de nuestro hermoso casco antiguo
habitan ánimas que buscan a pecadores arrepentidos? Hace unos años que murió mi
amigo Alfonso 'el Afores', ¡Cuántas anécdotas guardaba el viejo truhan!, un día
contó que acudía gente extraña a una casa del Arbollón. Aseguraba que vio unas
sombras salir en altas horas nocturnas, como sonámbulos, andando muy estirados
y con los ojos en blanco, "imploraban en voz alta, daban grandes saltos y
abrían desmesuradamente los brazos, como invocando ánimas". Una noche,
Afores, -que era muy pequeñajo- se plantó delante de un fantasmón, de más de
dos metros de alzada, cubierto con una gran sábana, el cual, sin embargo, huyó escoltado
por una desaforada bandada de gatos maullándole. Decía Afores con aire socarrón: -" … podría ser
el espectro de ‘Pedro el de la Taberna’ *** que tanto protegía a los gatos.
Escondido entre esquinas los seguí hasta que desaparecieron por los ‘legíos’ de
la "Cueva la Encantá"-. Al regresar me asaltaron los ecos de
maullidos, chillidos y carrerillas por los laberínticos callejones del
Marmallejo…. Y salí disparao echando chispas hasta mi casa, sin conseguir saber
el misterio del fantasma”.
Nocturno ceheginero |
Nos quedan
más arcos y placetas para contar, cercanos a la plaza Vieja, Puente Santo y su ermita en ruinas, pero de ello
hablamos en otro artículo de este **blog.**
Fuentes:
Archivo Municipal y de otros estudiosos y la tradición oral. fotos del autor.