Desde mi Buhardilla Mesonzoica
Buscando...
sábado, 28 de marzo de 2015

El Mesoncico -III-




HISTORIAS DE LA “REPÚBLICA” DEL MESONCICO -III-

Placa en la fachada de don Octavio.

La ‘república’ del Mesoncico de Cehegín, no por placentera carece de fantasías, fue una Arcadia delirante donde bullían a diario pintorescos ‘Max Estrellas’. Entre ellos, como no podía ser menos, también solía merodear algún que otro mangante. La fauna era muy variada: gorristas, pillastres..., que si un pelma por aquí, un petardista por allá, simpáticos cuentistas, y como es natural generosos personajes campechanos de buena ley ...
Aunque hay que advertir que pese a la actual ‘alta calidad de vida’, estos sujetos siguen vigentes en nuestra sociedad de consumo, eso sí, seguramente menos pintorescos.

Reinauguración de la taberna "El Mesoncico"-años 80-

Recuerdo a Lorenzo el Majito, un famélico cantaor que presumía de su pertenencia a la compañía de Juanito Valderrama, evocando lances de otras épocas, hasta que algún 'pagano' no le quedaba más opción que ofrecerle una 'convidá' a cambio de una desafinada taranta o una estentórea soleá. También medraban sopistas graciosos, como Juanico el Sieteaños, antiguo plañidero de los entierros, rezador de la tradicional oración en el Puente de los Muertos y ‘proveedor de sillas’ del Sto. Cristo; me pedía casi todos los días un durico para vino, (así de claro). Un amigo me riñó: - "¿Cómo le das a este pájaro sabiendo que es para beber...?" – el dicharachero borrachín le replicó irónico: —"Si le parece a usted puedo comprar la finca del Carrascalejo..."–
Igualmente paseaba a menudo por la ‘república’ en busca de un socorrido marlboro, Mª Paz Peñafiel, según ella hija de un aristócrata ido a menos, se definía la oveja negra de su noble estirpe y contaba que su familia le apodó Lady Godiva por su odio a los recaudadores de impuestos. Contaba enfática que conoció a Dani el Rojo en el Mayo francés; confesaba su debilidad por el café y por el whisky: -"A mí me van a enseñar ahora los médicos que es beneficioso para el corazón..."- me camelaba, prometiendo enseñarme a hablar el ‘Esperanto’, -“…cuyos estudios realicé en la Sorbona.”- decía. Cobraba 25.000 Ptas. de pensión por estar apuntada sólo un día al Retiro Obrero: -“...suerte que tiene una...”- fumaba rubio, mientras le duraba la paga y luego recurría a los Celtas Cortos.

"El tío Juanico"
Y anda que Pedro Trámpalas, viajante jubilado, vendedor de ornamentos sagrados. Aseguraba que sus pies no eran iguales: uno, el bueno, calzaba el 30 y el otro el 48. Y presumía: -“Fíjate si tengo fuerza en mi pie 'malo', que si chuto a ese balón… -y señalaba a unos críos que jugaban al fútbol- “…llega a la torre de la Concepción”. Aseguraba que el mejor equipo de fútbol era el Atlético Bilbao: Iriondo; Venancio; Zarra; Panizo; y el mejor extremo izquierdo español: Piru Gainza…. Vivía en una covachuela de 20 m2., y confesaba con cierto misterio que fue una antigua logia masónica; pretendía venderla por 5.000 Ptas., sin muebles, sólo un jergón sobre seis cajas de fruta a guiso de somier y un retrete sin desagüe, incrustado en un antiguo pozo ciego… Se definía anarquista en el sentido literal de la palabra. No le gustaban las normas, aseguraba que gozaríamos de un mundo mejor sin ellas, pondría en cada pueblo carteles con el siguiente texto: “Prohibido prohibir”. —“¡Pero eso ya es una norma!...”— le argüía yo… —“¡Qué va!, es un axioma, que no es igual”...— replicaba muy ‘enteraillo’. –“¡Antoñico, le quiero..!”—me congratulaba afablemente, dorándome la píldora. –“Ande y no me espete más y déme algún dulcecico aunque esté duro que yo tengo buenas muelas...”- Y así el muy granuja se iba tan contento, silbando viejos boleros y con muy buen oído, por cierto.

"El Alejo" y "El Gordo de la Pavica"
En fin, así se amontonan en el protocolo parte de los duendes de la ejemplar ‘república’ del Mesoncico, retahíla de comediantes que harían bailar de gusto la pluma de Valle Inclán... 
Y como no es el propósito fatigar y la nómina no se acaba, en otra oportunidad seguiremos recordándolos con la dulce melancolía de otra época.



Compartir en :
 
Back to top!