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domingo, 3 de octubre de 2021

FRANCISCANOS DE CEHEGIN Y SU CONVENTO.

 

CONVENTO DE SAN ESTEBAN 

Santuario de la Patrona Virgen de las Maravillas

CEHEGÍN

Nuestra Sra. de las Maravillas pasea a la luz del día por las calles de Cehegín


PP. FRANCISCANOS GUARDIANES DE LA VIRGEN DE LAS MARAVILLAS

Parece ser que la Orden Superior Franciscana nos deja si frailes. No se saben los motivos, pero los dos padres y algún hermano, han sido destinados con su misión a otros lugares. Después de siglos sirviendo, educando y profesando en todos los órdenes a los cehegineros, nos hemos quedado huérfanos de nuestros queridos franciscanos. Se cumplen por estas fechas los 813 años de la fundación de la Orden Franciscana por el “Poverello”. Los franciscanos conforman en sentido estricto un conjunto de órdenes religiosas mendicantes relacionadas entre sí, en el marco de la Iglesia católica y según el ideario de Francisco de Asís, nombre de origen germánico que significa 'hombre libre'. Su hipocorístico principal es Paco, que es el acrónimo de "Pater Comunitatis" (Pa.Co.), así que ya saben Pacos y Pacas, el origen de su nombre.

Panorámica del Convento de San Esteban
Santuario y antiguo colegio seráfico franciscano.

En el verano de 1566, Felipe II concede licencia para fundar varios conventos a los religiosos de San Francisco. Algunas localidades murcianas están incluidas en estos permisos, uno de ellos a Cehegín, donde fue levantado a extramuros de la ciudad con el título de San Esteban. Conforma un conjunto de edificios compuesto por monasterio, claustro, capilla e iglesia y data de finales del siglo XVI. En el siglo XVIII se amplía añadiéndole la Capilla de San José, de estilo neoclásico y situada a la izquierda del crucero. 

Capilla de San José

El convento es de tres naves con coro alto a los pies. Las pilastras de la nave central son de orden corintio y las del crucero de orden compuesto. Posee planta de cruz latina y un impresionante retablo barroco churrigueresco en el altar mayor donde está situado el Camarín que cobija la imagen excelsa de la patrona de Cehegín, la Virgen de las Maravillas, singular escultura del siglo XVIII, obra del napolitano Nicola Fumo. Dicho Camarín es de forma octogonal y está revestido con madera tallada siguiendo el estilo neoclásico. La cúpula está coronada por un magnífico rosetón.

Ceremonia erigiendo el monumento a los franciscanos, en el atrio conventual.

Recientemente restaurado en su totalidad colocándose una portada de jaspe rojo donde antes hubo una de yeso, demolida en los años 40. Fue declarado “Monumento Histórico-Artístico Nacional” en 1976 y se considera un ejemplar genuino del Barroco murciano.

Complejo franciscano y santuario de Ntra. Sra. de las Maravillas-

Y es momento de recordar aquel nidal de gorriones canoros llamado Schola Cantorum del convento franciscano de Cehegín… Desde aquellos incipientes años de “noviciado autónomo” en cada casa, que caería pronto en desuso, primero por la desamortización de Mendizábal y luego en la Restauración hacia 1878, se decidió por la superioridad destinar una casa en Cehegín para noviciado único de toda la provincia franciscana, que duró hasta 1912, en varias etapas, entre las que cabe señalar también su primitiva ubicación en la ermita del Santo Cristo de la Sangre (ubicada en la plaza del mismo nombre).

Crucificado a la  entrada al convento

En mayo de 1945 se estrenó el ‘Himno del Colegio Seráfico’, a coro y dúo, compuesto por el P. Samuel Prats, con letra del P. Fermín Mª García. Y de aquí nació el germen de aquella Escolanía de seráficos que fue conocida en todo el estado español: la Schola Cantorum, un conjunto vocal preparado con el máximo esmero artístico-musical y que dio sus frutos de inmediato, solfeo, planes de estudio del canto y para los más capacitados piano y armonio. Así la escolanía del colegio Seráfico, se formó con voces blancas de tiples y graves, llegando a un nivel de virtuosismo tal, que, sobre todo, por la década de los 50 del siglo XX, bajo la batuta del P. Isidoro Rodríguez, llevó a cabo una exitosa gira de conciertos en los mejores teatros del sureste español, con fines de propaganda vocacional y recaudación de fondos para dicho colegio.

Foto del atrio y fachada del convento -años 50/60-

Por los años 50, el colegio seráfico recibió la visita de un famoso personaje franciscano, el gran tenor José Mojica, que ofreció un concierto en el Teatro Alfaro, acompañado por la escolanía y de cuyo evento se guarda aun un especial recuerdo.

José Mojica, franciscano y tenor.

Los conciertos y misas en fiestas y funerales se generalizaban por los pueblos vecinos, y todos los años eran contratados el día 3 de mayo para la misa pontifical en honor de la Vera Cruz en el Salvador de Caravaca. Así mismo, era invitada a las fiestas patronales de Bullas y Moratalla. La Escolanía interpretaba obras religiosas con encomiable perfección y que todavía añora la gente mayor de Cehegín.

En las fiestas de Cehegín era enternecedor presenciar el desfile de aquellos niños, desde el convento hasta la parroquia de la Magdalena, un armonioso frufruteo producían los hábitos seráficos a su paso vivaz por las calles, despertando la emoción de los ciudadanos. Y no digamos cuando aquel ‘Coro de Ángeles’ entonaba sus cánticos laudatorios a la Virgen de las Maravillas, las lágrimas acudían prestas a las retinas de los fieles. Cuántos extraordinarios cantores salieron de este coro de serafines, entre tanto artista, un ejemplo lo tenemos en nuestro amigo Alfonso Gil González, extraordinario barítono, además de director del Coro Ciudad de Cehegín.

Santuario de la Virgen de las Maravillas y Convento de S. Esteban

Cuentan una anécdota del entrañable rector padre León Arana, cuando recibía la visita de algún ilustre invitado, presentaba a la Schola diciendo: «... y estos son ya, pues, los futuros misioneros» … Realmente su principal finalidad en aquel seminario era eso, las Misiones. Y es que de este semillero de sabiduría han emanado muchas figuras eminentes, como el añorado padre Ortega, el citado padre Isidoro, o aquel franciscano humanista: el padre Vidal, el amigo de los pajaricos, y tantos otros.

El padre Vidal -un hombre bueno-

No estaría mal que hubiera una calle o plaza ceheginera dedicada al Colegio Seráfico, un foco de cultura y humanismo que tantas glorias dio a nuestra patria y en especial al pueblo de Cehegín.

Antigua publicación

Por todo lo dicho, aquí queda esta pequeña semblanza del hermoso santuario ceheginero, donde es guardada esa inigualable imagen de María Santísima de las Maravillas.

 Fuentes: Diversos archivos, historiadores, y tradición oral. Fotos autor y de otras publicaciones.

 

 





















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