LA MAGDALENA ILUSTRADA DE CEHEGIN
A propósito de la festividad de Sta. María Magdalena día 22 de julio
La escultura de la Magdalena fue durante mucho tiempo la efigie principal del templo ceheginero, situada en el altar mayor, donde mostraría todo su esplendor con sus elementos decorativos y sus matices de policromía que ensalzarían su belleza. Al cambiar la representación de la santa, la imagen no cumplía con los cánones de la iglesia, y hubo que sustituirla. ¿Una ‘Magdalena sabia’ que no
coincide con los preceptos litúrgicos? ¿Evangelizó la Magdalena…? ¿Era instruida…?
Para una sociedad como la judía, poner a una mujer al mismo nivel que los
discípulos de Jesús, era demasiado atrevido. Y no lo olvidemos, Jesús y los suyos
–sobre todo san Pablo– eran judíos.
Milagrosamente, se conserva, en madera muy ajada, casi desfigurada, es una efigie gótica de María Magdalena y se encuentra en la parroquia mayor de Cehegín. Y, nota indagadora, con la mano izquierda sujeta bajo su seno un libro. En su mano derecha sostiene además un cáliz que algunos evocan el Santo Grial, donde conserva la sangre derramada de Jesús en el momento de la crucifixión. En la cabeza luce una mitra
y sus ropajes simbolizan atributos principescos, y no de pecadora/prostituta,
como la transformó Trento. Su origen es confuso, aunque sugiere estar
relacionada con los templarios.
Puerta principal del templo -arriba la imagen de Magdalena en la hornacina- |
Parece ser que fue mucho tiempo la imagen titular
del templo ceheginero, hasta después del Concilio de Trento, ya que la
escultura no cumplía con los cánones establecidos, por lo que se trasladó al
exterior de la iglesia ceheginera, ubicada a la intemperie en la hornacina del
pórtico principal durante tres siglos; en tantos años la madera de la escultura
sufrió una serie de deterioros que le dieron el aspecto actual. Durante los
años 80 se realizan unas obras en la fachada y fue cuando se descubrió que era
una imagen de madera, entonces se decidió retirarla y guardarla en el interior
de la Iglesia.
Que la Magdalena fue algo más
que una prostituta perdonada y aceptada, con ciertas reservas, en el círculo de
Jesús, parece claro. Con todo ello, el enredo ideado por el
escritor de intrigas fantásticas, Dan Brown, en el sentido de llevar la
descendencia jesusina de Magdalena a los Merovingios francos es fantasía pura y
novelesca. Pero, que los templarios, sombríos animadores de la unión de las
tres religiones, hicieron de la Magdalena algo, que siglos más tarde el
Concilio de Trento desbarataría, es asunto igual de claro que lo anterior. De
hecho, hay muy pocas imágenes de Miriam de Magdala, -María Magdalena- con los
símbolos apostólicos, es decir, con el libro evangelizador y demás atributos,
ya se encargaron a partir de Trento de mutilar muchas de estas efigies, tanto
en pinturas como en imágenes y demás iconografías. Por lo cual consagró a la
Magdalena penitente. Una imagen bien distinta de ésta tan ajada de Cehegín.
Retablo antiguo destruido por la barbarie en 1936.
Lo que sí es seguro es que la
imagen de la Magdalena ‘ceheginera’ es aportada por el Temple. Es una joya intocable.
Se conserva dentro de una urna acristalada, en la entrada de la sacristía de la
Magdalena de Cehegín, y sería loable realizar una reconstrucción virtual, para
que la gente apreciase qué pensaban de la Magdalena los templarios y muchos
cristianos antes de Trento.
El Temple dejó en Cehegín
clara muestra de una Magdalena de nivel intelectual superior a la prostituta
penitente de Trento. Pero, ¿Cómo pensar en una Magdalena apostólica…? La Bailía
Templaria de Caravaca, Cehegín y Bullas fue efímera. Llegaba en 1266 y se
disolvía en 1314, casi tan sólo cuarenta años más tarde, tras el perverso
juicio que el Rey de Francia Felipe IV ‘el Hermoso’ y el papa Clemente V, propiciaron
para despojar a la Orden de sus riquezas. Por ello Jacobo de Molay y los otros
3 dirigentes del Temple fueron condenados a morir quemados en la hoguera. Aún
circulan leyendas de tesoros templarios escondidos por el Sur de Francia.
Todo un enigma sin descifrar.
Pero esta es otra historia.
Fuentes: Diversas
publicaciones, archivos, y bibliografía, Fotos del autor, y de otros coleccionistas.